Las ideas simples de Hume

 Durante este artículo referenciaré el siguiente contenido:  

El otro día me topé con un interesantísimo vídeo que hipotetizaba sobre lo que impedía a Chatgpt generar una copa de vino desbordante. Rápidamente pensé en que esto se debía a que no debía haber muchas imágenes disponibles en Internet de copas de vino hasta arriba. En efecto, el muchacho puntualiza: 

— ¿Cuántas veces te han servido una copa de vino hasta el borde? 

Pero el vídeo se volvió aún más interesante cuando puso sobre la mesa la filosofía empírica de David Hume para explicar cómo Chatgpt podría estar percibiendo la copa de vino como algo imposible de descomponer, como una idea simple que le impedía modificar su concepción. 

En su teoría del conocimiento, Hume asegura que nuestro conocimiento viene estrictamente de la experiencia. «Todos los contenidos de la mente son percepciones externas [información del medio] o internas [influencia hormonal]*¹». Esto no debería ser un problema, si entendemos como conocimiento todo aquello que se procesa en el cerebro. Por supuesto, nada que se evoque en la imaginación puede estar completamente alienado de las impresiones. Porque, ya para empezar, ¿al ser formado en el cerebro se volverá impresión? O, quizá, «experiencia» es más acertado, puesto que dividimos las percepciones (o, repito, experiencias) en dos clases: 

  1. Ideas → lo que se genera desde el cerebro sin corresponder de forma estricta a un estímulo inmediato → imaginar algo donde no está (una mesa donde no la hay), imaginar algo que en la naturaleza no existe aunque tenga sus mismos componentes (unicornio). 
  2. Impresiones → lo que se percibe con los sentidos, interno o externo, en la inmediatez → una sensación física (un ataque de ansiedad), un objeto material (un melón), un color (rojo). 

Puesto que primero vienen las impresiones y luego las ideas, es necesario que haya una experiencia previa con el objeto antes de poder imaginarlo (por eso un ciego no puede imaginar un color). De estas ideas e impresiones hay dos categorías: simples y complejas. Dícese de algo simple algo que no puede descomponerse. Pero no creo que haya nada que no pueda descomponerse, así que aquí yace la cuestión del vídeo. 

La razón por la que existe tal cosa como un artículo titulado 'El caso del matiz de azul y sus consecuencias para el principio empirista de la filosofía de Hume', es que, por lo que se dice, el propio Hume no pudo retractarse a tiempo de su pobre argumentación*².

El contraejemplo del principio empirista:

» El contraejemplo que Hume presenta a su principio es el siguiente: Se le muestra a un observador un espectro de todos los matices de azul menos uno, ordenados del más claro al más oscuro. El observador no ha visto nunca el matiz faltante. Hume sostiene que lo que sucede en este caso es que el sujeto se da cuenta de que hay un hueco en el lugar en el que debería encontrarse el matiz faltante y podrá, además, mediante su propia imaginación, suplir la idea de dicho matiz, aunque nunca haya tenido la impresión correspondiente a éste. 

» Hume le resta importancia al contraejemplo. Sin embargo, éste parece tener consecuencias importantes. Aquí la idea del matiz de azul no provendría de una impresión, y por lo tanto rompería con la máxima empirista. Con esto se pone en cuestión la validez universal del principio y se debilita la base de todo el sistema humeano. Además, su principio metodológico de examinar la legitimidad de nociones de la metafísica buscando sus impresiones correspondientes se hace insostenible (...) Esto puede extenderse hasta casos de ideas correspondientes a impresiones que eventualmente se darían más allá de las posibilidades sensitivas de los seres humanos. (...) No parece haber justificación alguna para seguir utilizando tal procedimiento cuando se ha aceptado la existencia de ideas que no surgen de impresiones. Es arbitrario emplear el principio para eliminar ciertas ideas (substancia, vacío, etc.) y tomar otras como excepciones al mismo (el caso del tono azul y el resto de posibles gradaciones sugeridas por Whitehead). Visto en el artículo mencionado. 

Pero no creo que sea un argumento que ponga en entredicho el empirismo, sino simplemente la capacidad de Hume para retractarse de un pequeño error. Como he dicho antes, no hay nada imposible de descomponer. Utilizando términos bien conocidos, con sus cualidades relativas bien afianzadas, debemos aceptar que:

Un color no es simple, pues tiene una saturación, una calidez, una frialdad y un brillo, por ejemplo...

Por esto, un color verde esmeralda [ni que sea por la composición de la superficie donde se halla] no es igual a un verde oliva, y por esto muchas personas confunden diferentes tonos (al margen de que procesen longitudes de onda de forma diferente, pero eso es otro tema). 

¿El huevo o la gallina?

[Este texto es una reflexión sobre la responsabilidad parental y legal respecto a las familias desestructuradas y el impacto de éstas en la sociedad.]

La lástima que sentimos por un retoño de familia pobre a menudo se desvanece rápido puesto que descubrimos en el retoño una serie de trabas que justifican su destino infeliz. A estas personas me gustaría preguntarles qué opinan respecto al título de esta entrada. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Merece un retoño un destino infeliz por culpa de su construcción desafortunada? Yo no lo creo, a no ser que prolongue esta cadena de infortunios para otro individuo de descendencia propia. 

Por otro lado, también justificaré el desdén por la persona de escasos recursos. Puesto que los recursos son resultado de la competencia, ¿por qué no pensaríamos en una persona pobre como incompetente? Es a su vez sinónimo «persona de fortuna» de «persona adinerada». El estrato social de nacimiento no dice tanto como el estrato social de muerte, pero algo dice. 

Si la persona nace pobre, viene de personas incompetentes. Porque no son personas a las que no les preocupe la vida y que, por lo tanto, pueden zafarse de la responsabilidad de obtener medios para ella. Si la persona, ante la situación de tener al retoño en una situación desafortunada, accede a parir, despojando de toda dignidad a su hijo y a sí mismo, eso la define como pecadora. La mujer siempre tiene opciones para remediar esto, aun si es acabando con su propia vida. 

Que tus padres no barajen opciones lógicas y sensatas cuando se trata de la vida, pone en entredicho tu inteligencia potencial. Por esto, independientemente de las capacidades del individuo, muchos pobres tienen la necesidad de demostrarse o de separarse de sus familias a nivel identitario. 

A menudo se dice que la pobreza convierte a las personas en hostiles, neuróticas y holgazanas por la desesperación. Pero quisiera saber en qué casos la resignación vino antes o después de la pobreza, haciéndola fruto o causa. 

Cuando se dice que la pobreza puede romper un matrimonio, pienso que es imposible atribuirle al concepto de «pobreza», una mísera palabra, la capacidad para romper una relación. Diría que la relación se rompe porque dos personas pobres están participando en ella. Cuando las personas se vuelven agresivas, autodestructivas o perezosas por una situación tensa, ¿no sería más acertado decir que las personas agresivas, autodestructivas y perezosas producen situaciones tensas? No me cabe en la cabeza que una persona organizada se desorganice basándose en la situación. Diría que la persona desviada llega a una vida desordenada, no que la vida desordenada desvía a la persona. El interior es siempre más poderoso que el exterior. Muchos viven vidas similares... a pesar de ello, hay de tan distintos... 

Pero, como he dicho antes, la persona es siempre susceptible cuando es retoño y es siempre culpable cuando es padre, porque si hay que darle poder decisorio a alguien para juzgarlo, entiendo razonable dárselo a los dos únicos individuos que participan en la creación de una conciencia ajena. Por esto, no comprendo el ímpetu con el que se juzga a personas víctimas de las circunstancias, desde la rabia y no desde la lástima; sin embargo, pocas veces se tienen malas palabras para un padre que, aunque haya «cumplido con su labor», ha dado a luz a lo que se llama «monstruo», aun cuando muchos padres tienen hijos problemáticos a diario y esa información no los ha detenido. Inclusive, se le mira con buenos ojos y se le prefiere culpar a Dios, otro concepto abstracto, otra mísera palabra a la que no se le pueden rendir cuentas. 

El juicio social y la justicia administrativa me son inoportunos. Una persona capaz, cívica y sana puede querer tomar el control de su vida pero jamás lo ayudarán a tal cosa. Puede ser un estudiante ejemplar, una criatura sosegada, curiosa y amable... pero a la justicia eso no le incumbe, puesto que el mercado se regula solo y la vida de los individuos también — con qué resultados, ya es otra cosa. Por supuesto, esto no le preocupa a nadie que no sienta que le están arrebatando su libertad. Yo, en cambio, me acuesto todos los días pensando en que no puedo satisfacer mis necesidades elementales por culpa de obstáculos humanos de voluntad inquebrantable. Admito que hay personas que materialmente, en el exterior, sufren como yo... pero al sufrir poco o nada en el interior, entiendo que gustan de esa coercitividad. 

Para alguien que lleva así durante más de dos décadas, con la fantasía de que se trate de una broma pesada, que la justicia no lo apoye pese a su salud intelectual, es inevitable la frustración, la ira... y no comprendo como este tipo de cosas no se detectan a tiempo, de manera que se le pueda dar a un individuo productivo la oportunidad de aportar sus habilidades al mundo, en lugar de arrojarlo al temperamento volátil, de manera que tuviere algo que agradecer y a lo que someterse. 

Y si tuviese que justificar el asesinato de mis progenitores — que bien podría —, explicaría que muchas veces acudí en busca de ayuda y que se me negó en rotundo. Y nadie lo entenderá, por desgracia. Estaría solo en eso, porque verían en mí a alguien con la mente para tales actos. Así como un perro abusado que muerde a su amo y que es dejado de lado por sus inclinaciones violentas. ¿Pero acaso son tan malas estas inclinaciones, estas respuestas, como las fuerzas productoras? Entonces, el pueblo entero piensa que el perro gusta de morder manos, en general. 

O peor, saben que ellos son igualmente malvados, son parte de estas fuerzas productoras y no quieren enfrentar las consecuencias. Este escenario es, en realidad, el único razonable. 

Tener un comportamiento formal y correcto no te garantiza comprensión. La gente no se siente agradecida por tu buen comportamiento, sino por que no tengas mal comportamiento por el cual castigarte. A la gente no le importa que sufras, solo que no los hagas sufrir. Y esto tiene sentido, porque nadie puede controlar el sufrimiento de los demás... ¿pero por qué no les puedes permitir liberarse de él?

La justicia habría de ser o bien más laxa o bien más generosa... de manera que un individuo no sienta la necesidad de ir a la cárcel a cambio de resarcirse. Y ni siquiera lo digo de forma egoísta, sino que es una ventaja política y social. Si a un niño inocente le das el pecho en lugar de la espalda, estoy seguro de que no pasará hambre. Cuando se convierta en un caníbal, ¿te sorprenderás? 

Si me seguís, sabéis que soy totalmente antinatalista. De hecho, lo soy de nacimiento. Cuando yo emití las primeras palabras, estas fueron: «no tendré hijos». Lenitivas y acertadas. ¿Quiénes se rieron? No sabría deciros... solo sé que son como un valle y hay eco tras eco. 

Se dice que este pensamiento es antinatural. También es antinatural pensar que tratar asfixiar a alguien no lo hará tomar una gran bocanada de aire después. Sin embargo, esto no interesa pensarlo porque tendrías que, entonces, admitir que siempre existe la posibilidad de sufrimiento y también la gran posibilidad de que no muevas un dedo sino es para propagarlo. ¿Cuántas personas votan a favor de la vida pero nunca de su comodidad? Si la vida te place y ésta es sufrimiento para alguien, entonces es el dolor lo que te excita [así como un mal padre golpea a su hijo pese a él ser la causa de su nacimiento, siendo pues el niño que sufre el resultado de un placer vulgar suyo]; aunque no lo sepas... de la misma manera que el hijo chico de un padre que trafica con menores no conoce qué financia sus juguetes preferidos. Si la ignorancia no exime del cumplimiento de las leyes, entonces para mí no hay manera de perdonar. 

Resúmenes de algunas entradas [hasta 09/01/2025]

Agradezco a los lectores la paciencia que han tenido esperando por cada una de estas porciones de sabiduría. Para los que no han estado al corriente, veamos si estos resúmenes abren vuestro apetito:  

1. La promiscuidad femenina. » Leer post.

«Cuando haces algo que te beneficia, el cerebro te recompensa. El placer y la sensación de 'hacer lo correcto' son indistinguibles (...). Para conocerte a fondo como individuo, has de pasar por situaciones de crisis y de alta presión que modelarán tu cautela —si eres inteligente—, un efecto colateral de esto es la intolerancia a los comportamientos negativos de tus potenciales parejas o parejas efectivas. Verás claras tus prioridades con edad y experiencia».

  • Se aborda la relación entre comportamiento sexual y bienestar. 
  • Se menciona que el placer y la sensación de hacer lo correcto están vinculados.
  • La promiscuidad femenina puede causar culpa y frustración, mientras que los hombres buscan más parejas por una sensación de éxito.
  • Se critica la simplificación de estudios sobre promiscuidad y estabilidad de las relaciones, resaltando la importancia de la experiencia personal y las circunstancias individuales.

2. Sobre la culpa. » Leer post.

«La culpa… qué fiera es. Incluso una bestia solitaria como el hombre aún encuentra excusas para sentir miedo del resto... pero no halla motivos para argumentar lógicamente y sobreponerse a sus fallos. ».

  • Se explora la relación entre la culpa y la responsabilidad personal. 
  • La culpa se trata como una herramienta de control y cuestiona su utilidad, concluyendo que la culpa es una sensación natural pero que no debe dominar nuestras acciones. 
  • Se aboga por una vida dirigida por objetivos personales claros y el entendimiento de las consecuencias de nuestros actos, resaltando que la vergüenza y la culpa pueden ser superadas a través de la razón y el autoconocimiento.

3. Sobre el liderazgo. » Leer post.

«El otro día oía el discurso de un hombre tradicional. Una mujer, a todas luces ingenua, comentó: '¡Desde que mi marido ve tus vídeos, es un hombre mucho mejor!'. Le contesté: 'si ha tenido que venir un hombre a decirle lo que tiene que ser o no ser, no te respeta y has de desecharlo'».

  • Los hombres y las mujeres tienen roles y comportamientos inherentes que determinan su posición en la sociedad y el trabajo. 
  • Se abarca la influencia externa al individuo, el respeto, el liderazgo, el género, las diferencias sociales, la competitividad, el impacto de la crianza y las anécdotas históricas. 
4. El psicópata de Jorge. » Leer post.

«A menudo se le da demasiada importancia al dolor en el corazón del traidor... no hay razón para apiadarse de alguien por sus lágrimas: la demostración de arrepentimiento es una adaptación evolutiva».

  • Crítica a la visión simplista y estereotipada de la psicopatía, argumentando que los psicópatas tienen una forma diferente, pero no necesariamente peor, de manejar sus emociones y relaciones. 
  • Se cuestiona la validez de los conceptos tradicionales de amor y arrepentimiento, sugiriendo que la honestidad del psicópata sobre sus acciones puede ser moralmente superior a la autocompasión y el autoengaño de las personas "normales".
  • Se abarca la percepción errónea del psicópata, la diversidad del comportamiento psicopático, el concepto de Amor y los sentimientos, la lucidez en las relaciones, el control y la moral.
5. Llevarse cosas a la boca. » Leer post.

«'¿Y esto no es igual acaso con todo lo que comemos? Todo lo que es adorable cabe en nuestra boca'».

  • La observación de los comportamientos en la intimidad revela patrones que reflejan la complejidad de la personalidad humana. Estos actos, desde besar hasta la disposición a realizar sexo oral, no solo son manifestaciones de deseo, sino también ventanas a las motivaciones, inseguridades, y dinámicas internas de cada individuo.
6. 100 hombres para Lily Phillips. » Leer post.

«¿Lily Phillips quedará embarazada después de estar con estos 100 hombres? Las probabilidades son extremadamente bajas. ¿Entonces? ¿Cuál «disponer»? La vulnerabilidad sexual [exclusiva] de la mujer termina con las medidas anticonceptivas, lo demás es resquicio».

  • Lily Phillips, una joven inglesa, lanzó un reto en una página de contenido adulto para acostarse con 100 hombres en un día, lo cual fue criticado por muchos por ser inmoral. 
  • La crítica sostiene que la mayor parte de comentarios negativos vienen de sesgos hacia la promiscuidad femenina fundados en la vulnerabilidad de la mujer frente al embarazo y que se pierde de vista el verdadero problema: los riesgos de salud, especialmente las ETS, faltas compartidas por ambos géneros. 
7. Atributos físicos, valor social y dignidad humana. » Leer post.

«Ayer me reí releyendo este comentario de un lector: 'Un preciso ataque al gen hoyuelo, tan recesivo en nuestra sociedad, solo un 20% de ésta lo posee'. Me importa bien poco el margen de error del porcentaje: puesto que a mi alrededor no veo un solo hoyuelo, lo valido. Yo contesté: 'Las cosas inútiles no tienen razón para existir'».

  • Análisis del valor de los atributos físicos en relación con el valor social adquirido. 
  • Se plantea que algunos atributos, como el "gen hoyuelo", tienen valor subjetivo e instrumental en la sociedad, ya que su atractivo depende de la percepción social (es decir, se diferencia entre atributos de valor absoluto que serían de utilidad fuera de la sociedad, y aquellos relativos, que solo tienen utilidad cuando la sociedad así lo cree; es la diferencia entre el vigor muscular y la colorimetría). 
  • Se diferencia entre aquellos que poseen estos atributos, los que los admiran y los que los instrumentalizan para su beneficio social.
  • Crítica a la tendencia a valorar atributos ajenos en lugar de los propios, sugiriendo que esto refleja una baja autoestima y una dependencia excesiva de la opinión social.