Aquí la pt. 2.
El otro día oía el discurso de un hombre tradicional. Una mujer, a todas luces ingenua, comentó: «¡Desde que mi marido ve tus vídeos, es un hombre mucho mejor!». Le contesté: «si ha tenido que venir un hombre a decirle lo que tiene que ser o no ser, no te respeta y has de desecharlo».
Es un hombre sin alma, se nota. Con solo esa frase sé que trata a las mujeres como tontas o que solo puede acceder a mujeres con el intelecto en entredicho. Si como mujer tienes la opinión de lo que ha de ser un marido, he de suponer que le has estado expresando estos deseos a tu hombre. Estas súplicas han caído en saco roto hasta que ha venido otro hombre, un hombre fuerte y con el respaldo de miles de personas, a decirle lo mismo que tú. Si jamás lo has expresado, es peor, porque significa que solo puede casarse con una mujer inepta y sin coraje. ¿Qué tiene eso de valioso? Es un simio, porque solo el simio no atendería a razones sino a figuras de autoridad. ¡Ah! ¡Encima es un "marido", con lo cual he de suponer que es un mono de más de veinticinco años! Con una mona, claro.
¿Qué es un líder? Un líder es un individuo que tiene el apoyo dentro de un grupo, por encima del resto de miembros. Por mucho que el hombre quiera colocar a uno en la posición de líder, es solo cuestión de tiempo que la naturaleza se lo coma. Hay un líder natural en cada grupo... de varones. Lo cierto es que solo un varón puede ser un líder, no por la autoridad titular, sino porque la necesidad así lo ha dictaminado. Así mismo, solo el varón puede ser subordinado a un líder. Entramos en detalle...
¿No habéis notado la diferencia entre una manada de varones y una manada de hembras? Notaréis como las diferencias sociales en un grupo de machos son claras y concisas. Todos conocen las limitaciones dentro del grupo y reconocen al líder. Lo admiran, abierta o secretamente, y se posicionan, lo admitan o no, por debajo de él en todo momento. Es, generalmente, el más fuerte y apuesto, con la inteligencia necesaria para no quedar en ridículo delante del resto del grupo. Es una persona que está por encima de los subordinados, pero que no los rebasa lo suficiente como para despreciarlos y subordinarse al macho líder de otro grupo.
Os voy a explicar qué sucede en el mundo laboral para que haya desigualdad autoritaria entre varones y hembras. No, no son los hijos únicamente.
El origen del liderazgo masculino es la guerra, la necesidad de luchar en grupo. Por eso, aunque estemos "alejados" de la "sociedad primitiva", sigue marcando una diferencia superlativa en la comunicación que un individuo sea más alto, más fuerte, más atractivo y más apoyado por otros. Si te subordinas al líder, que es mejor que tú, tienes más posibilidades de sobrevivir en la guerra.
Esta es la diferencia primordial entre el varón y la hembra en la sociedad: el varón se subordina a otros para ganar la guerra, la hembra no se subordina para sobrevivir en el hogar. El hombre es sincero y agradece ser esclavo de otros hombres, por eso son mano de obra por naturaleza; la mujer acata por obligación y a regañadientes y, en cuanto se le presente la oportunidad, se deshará de su amo. El varón se subordina a la hembra por sexo, la hembra al varón por protección.
La hembra jamás se subordina a otra hembra. Por eso la amistad femenina tiene mala fama: todas se ven o iguales o superiores a sus congéneres. Y, si lo piensas bien, no hay tanta diferencia entre mujeres porque la inteligencia y el atractivo no tiene grandes desviaciones, cosa que no pasa con los hombres. Lo que sucede ahí es un choque constante de intereses, porque si ninguna se subordina de buena fe a otra, competirán inevitablemente.
El hombre teme al líder porque cuestionarlo supone perder todo el apoyo bélico, es decir: supone su muerte. El hombre depende físicamente, directamente de otros hombres. La mujer no tiene la presión de la guerra, solo tiene que llevar a cabo sus tareas cotidianas con la mayor seguridad posible: su lucha está en casa, así que se dedica a purgarla.
En un escenario de oficina donde un varón y una hembra presenten las mismas capacidades, el varón tendrá a su favor el resto de varones, por lo que acabo de explicar. Apoyar al macho les producirá más placer, sin que sepan el por qué, y la hembra quedará desplazada. Otra hembra podría apoyar al macho si desea su favor, dejando de nuevo a la potencial líder desamparada. Si esa hembra no podría jamás recibir la protección de este macho líder, entonces quizá, por despecho, apoyará a la hembra; pero este favor será volátil y desaparecerá si el trato del macho para con ella se ve modificado. Un macho apoyaría a la hembra si ésta es muy atractiva para él; sin embargo, si la potencial líder le da el máximo honor de tener sexo con él, el resto de machos que también la podrían apoyar por sexo, no la apoyarán, porque ha cerrado el trato con otro hombre. Si este macho no consolida una relación, volverá al lado del hombre.
La única manera de que una hembra domine el territorio del varón más capaz en un grupo de varones, es que esta sea astronómicamente excepcional. En cuyo caso el varón más capaz seguramente intente o someterla sexualmente o destruirla. Si la mujer consigue dejarle en ridículo, el resto de varones se sentirá avergonzado de tenerlo como líder: no es digno de someterlos a ellos tampoco.
La comunicación en lo laboral es crucial, si no es lo eminente, y, si la lleva un varón, será mucho más efectiva para la mayoría de primates. ¿Os parece esto extraño? Si la altura determina por defecto la autoridad de un varón, ¿por qué sería extraño que lo haga su sexo, comparándolo con una hembra? Recordemos que todo es material y que no hay que darle tampoco una importancia excesiva. Tan solo... tan solo echémosle un vistazo a lo que está pasando. Sacaremos más provecho aceptándolo y actuando acorde de manera astuta.
Los hombres se rompen la espalda por otros hombres, se prostituyen tanto como la hembra.
Hay un par de cosas más a tener en cuenta:
- Si un varón, en su crianza, observa una desigualdad en cuanto a capacidades a favor de la madre, le costará aceptar la autoridad de otros varones y los cuestionará con más facilidad.
- Si un varón, en su crianza, observa dicha desigualdad a favor del padre, jamás estará a favor de una mujer sin atractivo sexual.
- Si una hembra, en su crianza, observa una desigualdad a favor de la madre, se mostrará más recelosa de las hembras.
- Si una hembra, en su crianza, la observa a favor del padre, será más sumisa.
Esto es, por supuesto, a groso modo y sin mucho matiz. Pero, eh, así os alejo un poco del discurso tonto de las gentes... y hablamos con lo valedero: el azar y la necesidad.
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