Kim Jong y su selección genética

El pueblo perfecto. ¿Cómo se llega a la servidumbre perfecta? Kim Jong Un o bien es científico nato o bien contrató a buen consejero, puesto que en su país está preparando a los perfectos ciudadanos con su fortísimo sistema penal. De fondo se exclama: «let him cook!»

— ¡Qué salvajismo sin propósito! 

— No, hombre, no: es importante que primero pensemos. Tras una profunda reflexión, quizá tengamos permitido hablar. 

Si sois lectores míos desde hace mucho, quizá entendeis los conceptos básicos de la relatividad. Quiero pensar que soy un hábil mentor. Esto significa que no hay tal cosa como un hecho superior a otro moralmente hablando: hay cosas que producen efectos y cosas que son contraproducentes. 

¿Qué sucede en Corea del Norte y qué lección nos podemos llevar al recto occidente? Indaguemos. 

El momentum social


Lo primero que tienes que saber como dictador es que todo se acaba. El Imperio Romano no se construyó en un día, pero tampoco duró toda la historia. ¿Acaso lo ves a tu alrededor? ¿Acaso los hombres celebran baños colectivos de vapor y orgías sin pudor ninguno? Bueno, hasta ahí lo que me he llevado de los libros de historia. 

¿Por qué se acaba? A menudo porque pierden una guerra. Las batallas desestabilizan a la economía y las masas. En nuestras sociedades, la estructura pende de un hilo... y con estructura hablo de la fidelidad de la población. Esto no es porque la gente sea mala, sino porque la gente quiere comer. Si perciben que lo que les das es más malo que bueno, aprovecharán cualquier ocasión de flaqueza para arremeter contra el mal dueño. Sin embargo, la relatividad no permite la existencia de un gobierno superior, por eso estamos en el tira y afloja perpetuo... entre el cuestionable Franco y la infantil Irene. 

La mayoría de gobiernos alargados en el tiempo son estables y equilibrados. Esto quiere decir que, si la población gobernada soporta al menos una vida humana (unas 7 décadas), no tenemos razón para pensar que es más cruel que la naturaleza salvaje. 

No obstante, en el brusco momentum es donde vemos la agilidad de las masas. De golpe se tambalea algo y se alzan los protestantes, ¡no pierden un segundo! ¿Me parece mal? Me parece maravilloso. Los coreanos, el día en que Kim pierda una porción de su poder y puedan correr a ser sometidos por otros líderes y a ser confesores de sus avances y ambiciones nacionales, si tienen...; ese día unos ganarán y otros perderán... como cada día. Es el cuerpo de Dios (el pan).

¿Cómo evitar la maldición del momentum

Las penas, en familia


Creando a ciudadanos fieles. Como no podemos fabricarlos, podemos descartar a aquellos que amenazan. 

El sistema penal en la mayor parte de países propone un castigo para el culpable y sus cómplices directos. Es decir: no castigamos a quien les da de comer, a quien les dio la vida, permitiendo el acto, sino a aquellos que participaron directamente, con sus manos, en el crimen. 

Este sistema es popular porque se basa en la minimización y el miedo y no en la purgación. ¿Cómo? Significa que se mantienen a los potenciales criminales y se les enseñan las consecuencias negativas, para rehuirles de la tentación; solo se les castigará si pasan de potenciales a efectivos. En el caso de Corea del Norte (CN desde ahora), la idea es exterminar a los potenciales criminales. 

El castigo "desmesurado" de neutralizar a los sujetos genéticamente cercanos al criminal (familiares, ¡incluso amigos!) es una buena medida para prevenir el efecto del momentum futuro, a riesgo del momentum próximo = si el gobierno puede retener a la población dentro del control durante el suficiente tiempo, el sorting reducirá al máximo viable los siguientes impulsos. Máximo viable porque siempre habrá agentes externos que interactúen con los internos, o apariciones espontáneas de voluntades que quedaron enterradas, en la sombra. 

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