Así es como prohibir el aborto promueve las violaciones

Hola, soy el gran filósofo y vuelvo a rebajarme para tratar un tema humano, demasiado humano: el aborto. ¿A favor o en contra? 

Suelo estar a favor del argumento de «denle libertad a otros para hacer lo que quieran, a su propio riesgo», sin embargo, es flojo. ¿Cuándo termina la libertad de uno? Se suele contestar: cuándo empieza la de otro. Maravilloso, nos hemos quedado sin respuesta una vez más. Por eso, se tiene que especificar cuál es tu objetivo antes de abrir la boca, y este objetivo debe ser claro y conciso. 

Si tu objetivo es la construcción de un mundo compasivo, la persecución de unos valores, digamos, cristianos, desde luego que NO debes apostar por la prohibición del aborto. Y te pormenorizo el porqué, desde el más fingido respeto. 

«¡El bebé de un violador es inocente!»

Lo primero que no se suele tener en cuenta es la genética. A menudo se le atribuye al retoño una inocencia que solo se puede demostrar en el último día de vida, jamás en el primero. Es como si un chino agradeciese a un africano el no haberse acostado con su mujer: por Dios, ni tuvo la oportunidad de mirarla. El ejemplo me ha salido espontáneo y no ha tenido en cuenta cliché ninguno...

Un violador es un psicópata, o padece algún otro trastorno antisocial. ¿Qué creéis que es un psicópata? Lo tienes: una persona con una estructura física del cerebro diferente a la de la mayoría de la población, la cual le priva de empatía genuina, enamorarse, padecer culpa y remordimiento, vergüenza, etcétera. Es decir: es una persona que carece de un control emocional interno y previo a sus acciones, que es la fuerza más poderosa que Dios puede ejercer sobre el hombre.

Pero es peor que un psicópata, porque se permite el ejercer violencia. Y todas estas decisiones las han llevado a cabo, nada más y nada menos, que los genes, que interactúan con el entorno. Por lo tanto, esos cachos de ADN que el hombre ha usado para preñar a la madre, cargan la decisión de la violación con ellos.

¿Se heredan la altura y el color de los ojos? Los cristianos, durante mucho creacionistas, han negado y renegado, pues, herencias y otras ataduras que evidentemente tenemos con nuestro linaje. Somos carne de la carne del previo. Nos asemejamos a nuestros parientes, sobre todo inmediatos. Por supuesto, puede dar la casualidad de que el corte de unión se realice dejando fuera a los genes responsables de los trastornos antisociales... también puede ser que justo dos africanos sin historial de albinismo en la familia, justo den lugar a un albino. Lo bueno del segundo ejemplo es que, es fácil de comprobar si alguien es albino o no... para cuando sepamos de las peculiaridades mentales de un individuo, quizá es ya demasiado tarde. ¡Hagan la condenada criba! 

«¡El bebé merece vivir y ser sacado adelante!»

Lo segundo es que la disposición de los padres y una sana estructura familiar es crucial. No puedes arrojar a un bebé al infierno y esperar que no se lo coman los demonios. 

Creo que la mayoría de pro-vidas son gente o muy afortunada o muy estúpida. Véase a mi madre que, absolutamente desafortunada, díjome un día: «alguien tiene que ser pobre y te ha tocado a ti». Es una comprometidísima sierva de Dios. 

A mi me parece muy bien la idea de que el amor por los hijos lo puede todo. Ojalá fuese así y el amor fuese lo que moviliza nuestras vidas. Por desgracia, hay pruebas científicas suficientes como para afirmar que nada que ver. El amor es una manera de movilizarnos para llevar a cabo equis tareas, pero nunca es absoluto, incondicional ni perfecto. 

Si las parejas se rompen por el salario, ¿qué será de un hogar con hambre? Parecen los padres ahora figuras divinas y sagradas, cuando son solo animales terrestres. 

Las circunstancias precarias, la inestabilidad mental de los padres y la falta de inteligencia tornarán la vida de ese bebé en un infierno y, posiblemente, de ahí él convierta la vida de otros en uno, puesto que el que entre miseria se ha criado, a menudo solo miseria sabe hacer. 

Sí, todos deberíamos vivir una vida feliz. En caso de que no se pueda vivir feliz, ¿no es mejor no haber nacido? Incluso sin mucho percance, el ningún percance va a saber más satisfactorio argumentalmente. Pero eso es harina de otro costal. 

«¡El aborto es asesinato!»

Lo tercero es la errada concepción de que todo es humano. Vi una imagen el otro día tal que así: «Pro-vidas cuando ven una semilla: árbol». Decir que una semilla es un potencial árbol no es incorrecto, pero por supuesto que no es ya un árbol. Si nos adelantamos a todo, permítanme decir que, ¿qué más da abortarlo y asesinarlo? Si, total, el niño ya está muerto: todos terminamos en el mismo lugar. 

El feto, que es cuando el «bebé» puede ser «asesinado», es una amalgama de células. Claro, tú eres ahora mismo una amalgama de células, pero tu tienes ya forma humana, puedes vivir fuera del vientre de tu madre y seguramente estés cotizando. La definición correcta sobre el feto sería: células aglutinadas no autónomas sin órganos formados, ¡sin inversión estatal a sus espaldas! Es así: tiene menos forma de vida humana de la que tiene un dedo meñique y nadie llamaría la amputación del dedo meñique asesinato, aunque en el proceso te cargas a bastantes células. 

¡De hecho! ¿Por qué entonces no se empatiza con las células nerviosas que perdemos al emborracharnos una noche cualquiera? ¡Tienen «vida»! Por favor, ¡estamos desquiciándonos!

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