Era [miércoles, 14 de diciembre de 2022].
Día maravilloso. Me enfundé las bellezas que tengo por pies en unas tabi de cuero, me enrollé un largo abrigo negro de lana fina y salí a la calle repitiendo sin cesar «qué día maravilloso» en mi cabeza. El sol era radiante en pleno diciembre, así que prescindía de engorrosos atavíos. Qué día maravilloso... ¡qué día maravilloso!
Yo me encontraba finiquitando Indigno de ser humano, de Osamu, cuya obra me despierta tanto simpatía como apatía, puesto que es fácil identificarse con la mediocridad lasciva que representa pero el plot es lánguido. Cómo sea, es un relato trágico de una persona desventurada en su confusión por las incongruencias de la sociedad humana... de su naturaleza de tintes crueles irrevocables.
Osamu escribe: «por lo general, las personas no muestran lo terribles que son. Pero son como una vaca pastando tranquila que, de repente, levanta la cola y descarga un latigazo sobre el tábano. Basta que se dé la ocasión para que muestren su horrenda naturaleza. Recuerdo que se me llegaba a erizar el cabello de terror al pensar en que este carácter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía cualquier esperanza sobre la humanidad».
Qué hacer con este protagonista, que no es más que un desgraciado más en el mundo y como tal actúa, sino recomendarle la lectura de El gen egoísta. Estoy de broma, estoy bromista. No, no lo estoy. Tampoco lo estaba cuando mi querido amigo me invitó a la facultad de sociología de su universidad.
Barcelona es un sitio increíble desbordante de actividades. A veces uno lo infravalora, cree que hace falta mucha pasta para pasárselo bien, mas es tontería: la diversión se crea. Estuve entretenido con Osamu durante casi dos horas, que fue lo que me llevó llegar hasta la universidad.
— ¿La clase no ha empezado? Cómo se nota que estamos en la franja de tarde... — dije bien alto, adentrándome en ese escenario desconocido y cálido que era el aula.
El profesor estaba dando vueltas cabizbajo, quizá aguardando a la entrada de más alumnos. El público era escaso. Una vez arrancó el asunto, tomé los siguientes apuntes:
- «Comprender por comprender», buscar la comprensión de los hechos de forma objetiva y sin pretensiones. La sociología busca comprender llanamente, no buscarle una aplicación u orientación.
- «Reificación», cuya definición tras una búsqueda en Google sé que he apuntado mal, quiere decir: es considerar a un ser humano o viviente consciente y libre como si fuera un objeto o cosa no consciente ni libre; también se refiere a la reificación o cosificación de las relaciones humanas y sociales, que se transformarían al reificarse en meras relaciones de consumo de unas personas respecto a otras → dicho así sí me parece un proceso analítico válido ← ej. «la violencia cumple una función social», que está basado.
- «Holismo», metodología de estudio que supone analizar en conjunto y no por partes.
- «Anomia», estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales → ¿la falta de cohesión social es causa de suicidio? ¿También lo es el exceso de ésta? (algo extraño que capté).
- «Multiparadigmático», cualidad de algunas disciplinas para extraer conclusiones alternativas según el ángulo de mira → esto será importante luego.