[¿Qué es el Hombre?] o la única solución

Gracias al desarrollo de la Ética Superior, cuyo objetivo no es más que el de ir más allá de las morales constructo y contradictorias mediante las leyes de la física, hemos alcanzado la plenitud filosófica posible para el Humano. Estoy de acuerdo con mi tío en que, si supiéramos más de lo humanamente posible, evidente es que, no seríamos humanos. Sin embargo, el Humano Veraz puede alcanzar el techo [y lecho] filosófico máximo para el ser consciente y finito si gusta. Ese techo no es de cristal, sino que es oscuro y sinuoso. De ahí que sea inexpugnable

30 de septiembre de 2022. Sigo sin comprender tantas cosas... la principal es: ¿por qué no me comprenden? Sigo sin comprender porque soy un incomprendido. 

— Primero hay que definir al Humano — dice mi tío. 

— Bien, ¿qué es el humano sino cualquier individuo con forma humana? 

— Tú mismo has dicho que eso es una forma. Yo necesito la esencia que distingue al hombre de la bestia. Llamo bestia al ladrón y al asesino. Es una bestia cualquier individuo que no sea apto para vivir en sociedad.

— ¿Pero qué dices? Si sus comportamientos se han mantenido a lo largo de la historia, es porque es digno de vivir, ¿no? Si digno es parir, digno es el resultado. ¡Será que no hay otros animales que encajen como crueles! 

— ¿Acaso perjudican a sus congéneres? 

— ¡Pues claro! Las aves se alimentan de los hijos de sus vecinos continuamente porque el egoísmo es la pauta de la vida

Me gustan las cosas sencillas y ordenadas. Soy un maniático. Yo no miento: yo solo busco mi propia felicidad. Hay quienes hablan de abnegación. Como no podemos separar a la naturaleza de nosotros de ninguna de las maneras, siempre estamos simultáneamente abnegando y codiciando. No hay manera de evitarlo: ni siquiera muriendo, porque Dios te habrá lanzado al río con sus propias manos. Tus piernas se mueven por su tracción, no por la tuya. Tú, como ser, no eres más que un engranaje en su plan. ¿Puedes hablar de ascetismo si es el mismo Dios quien es ascético por ti? Que lienzo osado aquel que dice que ha creado el verde, cuando le han vertido azul sobre su superficie amarilla. ¿No lo llena de vergüenza? Creo que el primer paso es comprender la realidad. Luego vendrán los discursos y debates. Aunque, siendo certeros, es el discurso para con el exterior, porque entre los que hemos aprendido nos reconocemos y guardamos un silencio sepulcral y sagrado. Oh, pero yo no he degustado tal silencio aún. Será un luto perfecto. Curioso, sí, pues será luto y nacimiento [de una gloria que extasiará]. 

— ¡No es lo mismo! Los monstruos hablan de si mismos como monstruos.

— Los pusilánimes se describen como mierda, y no por ello son menos humanos. Los animales con psicopatía tú no los puedes distinguir: con ellos no convives, no te afecta. Pero variables hay en todas las criaturas... (idéntico al color de los ojos y al grosor de las cuerdas vocales. La base genética, estocástica para el sujeto, no puede ser obviada). 

— Solo el ser humano distingue el Bien y el Mal — sale mi madre. 

— La Conveniencia y la Inconveniencia son subjetivos y estoy seguro de que un animal también distingue la Gratificación del Menoscabo. Deberíamos preguntarnos mejor: de qué son incapaces las criaturas y de que es capaz exclusivamente la Grandeza y Privilegio Verbal del Hombre. 

Mientras, te pregunto: ¿por qué niegas tu Mal? En tu corazón hay un pequeño cáncer a extirpar. Tío querido, por como mínimo luchador, que es el primer paso a la rendición —pues quien no ha batallado no es posible, por definición, que se rinda—, ¿por qué no te deshaces de esa obsesión inmunda que obstruye tu paso a la Verdad? Eres un mal poeta. Solo te ha nutrido la poesía y, como quien solo se alimenta de aire, se te ha hinchado el estómago. No podríamos distinguir a un borracho sin hígado de un desnutrido. Tú eres ambos. 

Luego de nuestra conversación, querido tío, paseé con un amigo de hace tiempo. Él iba con el estómago medio vacío, aquejado: «oh, ¡me siento extraño! ¡Correr me ha debido remover las entrañas!» y yo iba riendo forzado. Estaba somnoliento y nos envolvía un frío terrible. No sé cómo se dio con exactitud, pero hablamos de ti y rápidamente pasamos al tema que nos ataña: «¡Yo quiero hijos! ¡Claro que los quiero!» y ya lo sabía pero quise meter cizaña e insistí en que era amoral y estúpido. 

Incluso de la Historia Sagrada puedes intuirlo:
el Edén era un lugar armonioso de recursos ilimitados 
donde de cada especie, incluida la humana,
solo había un macho y una hembra.
Hace miles de años, porque «la razón se impone por si sola»,
ya se sabían las condiciones de la Paz:
dos individuos que se quieren
en un mundo sin competencia.
Satisfacción y plenitud.
Pero eso, si miras a tu alrededor, ¿lo ves parecido?
Y cuando los humanos, insolentes, cabrearon a Dios
éste los condenó y los expulsó. 
Solo ahí les dijo: «creced y multiplicaos».
Lejos de exigirle a su Creador el perdón que merecían,
puesto que él, el Creador, los había creado insolentes adrede,
ellos recibieron el castigo
y a día de hoy siguen acatando y llorando.
¿Llaman a Dios malvado? Hasta donde yo sé
fue Abraham el que se aprestó a matar
a su propio hijo, a petición de Él,
y no Dios mismo quien empuñó el arma.

Siento que aquí es donde nos distinguimos de las bestias. Si cedemos a este designio injustificado —desde todo ángulo injustificado— es porque hemos fracasado como seres humanos. Por supuesto, tío, tu no piensas como yo. Tú dices que aquel que es incapaz de vivir en sociedad es una bestia. Hemos hablado de asesinos. Piensas de ellos las peores cosas. ¿Pero no es aquel que da la vida, el que da el Mal? Las cartas existirán por siempre. Aquel que las toma y reúne a sus amistades a jugar es el que crea al ganador y al perdedor. En el mundo siempre habrá Mal, sea lo que sea lo que eso quiere decir. Yo pienso que aquel capaz de vivir en sociedad es la bestia. Ser cívico y responder a tu conciencia no es digno, pues eso lo hacen todos los perros que acogemos en nuestros hogares. También se reproducen cada vez que tienen ocasión y dan mucho "amor", sea lo que sea lo que eso significa. 

Pero no sé si hay una criatura capaz de decirle a Dios que no. De mostrarle la palma, tapando el sol y luego ver la mano quemada por el resentimiento de las Ordenes y decir: «¡esta palma achicharrada es la prueba definitiva: estoy capacitado para confrontarte!». El Sabio sabe que si hay Algo, hay una desdichada polarización. Mi amigo, pues, se atreve a afirmar que: «¡durante todo tu discurso solo te centras en lo negativo!» pero yo solo hablo de las cosas como son, ¿cómo puede ser esto? He hablado de tristeza, de desgracias, de males, de enfermedades... pero aquí el único que ha dicho que eso es negativo eres tú, estimado. Tú mismo te delatas. Tú mismo hablas de que hay fluctuaciones. De que las cosas pasan de blanco a negro y de negro a gris y de golpe son de un romántico fulgor dorado. Eso es increíble, estimado, porque yo coincido y precisamente por eso no puedo pensar en una manera de excusar el sofoco de proseguir. Y no hablo de derrotar nuestra existencia ahora mismo, sino de evitar que otros deban padecer. Le dije que incluso si creaba a un ser afortunado, de su fortuna y su salud se definirían las mayores atrocidades. Que tú le des una connotación negativa solo quiere decir que conoces el dolor. Si no, asentirías sin reparo. Le dije: «amigo mío, solo te pediré un ejercicio: espera al día en que puedas dar un motivo para tu acción y entonces hazlo».

Necesito ese punto de comprensión porque me aturde cuando escucho de una persona que arrancó a matar de golpe, pero hasta me consuela cuando sé que un asesino lo es porque su víctima fue la persona que mató a su mejor amigo sin razón. Aunque me dolería descubrir que el asesino jamás dejó descendencia, porque podría absolver sus pecados sin mucho esfuerzo. ¿Quién es culpable de sus pulsiones? Si no ha podido ser de otra manera, es que sencillamente no se pudo dar de otra manera. Eso es un hecho firme y con su solemnidad ha de reinar en la mente de todo denominado intelectual. De lo contrario, es solo un necio loro. ¡No cesaré en mi insistencia! ¡Todos deberían oírlo de mi boca al menos una vez en sus tristes vidas de caverna! 

«Estoy harto de esta victimización: ¡tenemos tanto poder como aquellos a los que llamamos "poderosos"! ¿Cosa más errónea? Hasta donde yo sé, el poder lo otorga la mayoría y las figuras representativas solo canalizan», siguieron negando con la cabeza. «¿Cuántos hay quejándose de los residuos plásticos? ¿Y cuántos se niegan a comprarlo? ¡Hay miles de opciones! ¡La demanda condicionará la oferta si se mantiene firme! Mientras la mayoría se decante por la opción incorrecta, no habrá corrección. ¿Somos niños pequeños dependientes de la tutela de los "poderosos"? ¡Entonces será mejor que usemos el cacahuete que tenemos por cerebro para servirles a ellos y a Dios! Si somos maduros de alma, dejaremos de contradecirnos y de ampararnos en las decisiones ajenas. ¿Es eso una excusa en la vida privada? Solo puedo profesaros lástima, demócratas».

— Yo porto el agua en botellas de acero, ya lo sabes, hijo — dice mi madre creyendo que ha arreglado el cambio climático. 

— ¿Sí? Bien. Supondré que solo puedes cargar con una botella llena, puesto que son pesadas. ¿Qué harás cuando se te termine el agua? 

— Bueno… supongo que comprar una botella… 

— ¿Y será de plástico o de cristal? La de cristal es pesada e inusual, porque nuestros congéneres han decidido, sin equivocarse, que el plástico es la opción funcional. 

— Si no me queda más remedio…

— ¿Y sabes por qué no te queda más remedio? ¿Sabes por qué tienes sed? Porque te han parido.  

Soy una persona práctica. Descartes solía decir que la mejor manera de enfrentar los problemas era despedazándolos, convirtiendo lo complejo en algo simple. Bien: ¡ya hemos resuelto el enigma hace mucho! Tenemos finitos tapones para infinitos boquetes y todo depende de la perspectiva. Solo hay una manera de solucionar las cosas: dejando de generar perspectivas. Sin embargo, el ser humano sigue enfermo de instintos. Sentimos demasiado y pensamos nada. Obcecados, siguen jugando con nosotros desde el Parlamento y nosotros somos éste para los que dejamos en la cuna todas las noches. Mandamases exangües. Somos el titiritero y el títere. Somos el espectador y los trabajadores del circo, ¡y el dueño del circo! No podemos separar una cosa de ninguna otra cosa. Todo forma parte de un Todo. 

Es sabido: es el cosmos un estado de movimiento constante, de repercusión, de consecuencia. Este Universo maldito vibra sin descanso. Lo quieto macroscópicamente es solo una costumbre nuestra. Es todo esto inherentemente caótico y equilibrado. Todo tiene una explicación, pero este Todo es una marea de acciones y reacciones. Es racional y es lógico: por lo tanto, no lo saquemos de quicio. 

Las contradicciones son repugnantes. Quien quiera solucionar Todo ya sabe cómo tiene que hacerlo: mediante la búsqueda de Nada. No deleguemos nuestras competencias de nuevo: zanjemos las generaciones aquí. Y, sorprendentemente, Todo problema se verá resuelto... llegar al fondo del asunto: ¿qué más queréis? El buen filósofo siempre aceptará la solución simple, porque es la única real en una teoría sensata. 

Solo el ser humano puede concebir esto.


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