Sobre realizarse como individuo

 Y la presión absurda que ejercemos sobre los demás y sobre nosotros.

Con una pastilla de tapendatol en la boca, me dispongo a escribir acerca de nuestro paso por el mundo. Ya no es lo que esperemos de la vida, sino de lo que aceptamos de ella. Hoy es el día en que os digo que no os suicidéis... porque toda acción es de doble filo. Estoy harto de escuchar a la gente desfogando sus frustraciones en mi sensible oído. 

Para los impacientes: si no tenéis hijos, vuestra única preocupación debería ser subsistir. No hay tal cosa como calidad de vida, esas cosas van y vienen... perceptiblemente. Ósea, ya ves a los avariciosos ricos, quieren más y más, nada es suficiente, terminas drogándote y acostándote con cien mil putas y terminas con el cuerpo lleno de enfermedades venéreas, como Nietzsche, el vitalista. Joder, lo único de lo que tienes que preocuparte es de tener la sesera un poco en su sitio, lo demás rueda solo. 

Para solucionar un problema, primero hay que plantearse bien las circunstancias. Sí, yo soy la primera persona eternamente frustrada pero también soy la primera en aceptar como son las cosas, aunque parezca irónico. Coadyuva el pararse un momento y decirse: «¿y qué coño esperaba yo naciendo?», es evidente que no me han traído al mundo para ser feliz, sino para parir. Pues empezamos mal, porque debo estar roto: soy un ser tan pensante que jamás se me ocurriría abrir las piernas para crearle el infierno a nadie. 

No hay que esperar nada grande de la vida. Todas las voces que os digan a que tenéis que aspirar o que es lo que hay que conseguir vienen de fracasados. ¿No os dais cuenta? La gente feliz está tan absorta en su felicidad que no goza de dar lecciones a nadie, porque cree que todos están en el mismo canal de radio. Y deberíamos. 

Ni lo material ni nada nos posiciona por encima. Esa ambición es una herramienta política para acabar con vuestra salud. Mirad a los japoneses, que no escatiman en abusar de sus hijos para que los hijos del vecino no los pisoteen, en lugar de enseñarles a sus hijos valores reales. Estos valores comunitarios no sirven para hostia, porque solo te hacen carne de cañón. 

Escuchemos a A. Escohotado cuando dice que «un país es rico cuando tiene educación». Pues ahora digo yo que un individuo es rico cuando deja de flagelarse por lo que la sociedad le dice que ha de tener. Es cierto: somos seres sociales y necesitamos a la sociedad, con su aceptación. Genial, fantástico. No necesitas la aprobación de todo el mundo. Tampoco la puedes tener, por definición. Puedes tener de algunos envidia, de otros simpatía, de otros la compasión... ¡Dios! ¡Ni siquiera existen los amigos platónicos

Vaya, llevo varios párrafos y sigo sin masticar la pastilla. 

Aprende a ser crítico con tus compañías y podrás empezar a ver el mundo con los ojos adecuados. Sé crítico seleccionando y sé crítico con lo seleccionado. La gente solo te aceptará en medida de la utilidad que les proporciones. Si te conviertes en un vago, no sacarán provecho de ti y dirán que «no tienes nada admirable». ¿No es sorprendente como todo lo admirable es lo aprovechable? Haz lo que te venga en gana. Rodéate de personas que te hagan sentir bien, aprovéchate también. Disfruta de la gente amable, que es el mejor manjar, de la gente dispuesta a escucharte... procura querer escucharte tú mismo. Siéntete mal con algo de respaldo argumentativo. 

Déjate de coches, déjate de viajes: el mundo es igual en todos sitios. La dopamina es igual abrazando a tu gato que bañándote en aguas paradisiacas. Acepta que no hay un Edén y que todo siempre estará a medias. 

Pero jamás digas que la vida es bella, eh. Eso es necedad. 

Viniste al mundo para parir y nada más. Suponiendo que seas un Homo sapiens sapiens auténtico, no querrás hacerlo. Si ya le has llevado la contraria a Dios, chico listo, ¿realmente dejarás que los humanos te mandoneen? Atiende a razones y come un poco, que es tu pase para la vida. El día en que no quieras seguir, no te preocupes: la vida no fue importante en ningún momento. Vivir o morir, da lo mismo. Siempre vas a poder hacer algo, pero ese algo jamás tendrá peso cósmico.

¡Hasta la próxima! Yo voy a tirar la pastilla en la papelera...

[¿Qué es el Hombre?] o la única solución

Gracias al desarrollo de la Ética Superior, cuyo objetivo no es más que el de ir más allá de las morales constructo y contradictorias mediante las leyes de la física, hemos alcanzado la plenitud filosófica posible para el Humano. Estoy de acuerdo con mi tío en que, si supiéramos más de lo humanamente posible, evidente es que, no seríamos humanos. Sin embargo, el Humano Veraz puede alcanzar el techo [y lecho] filosófico máximo para el ser consciente y finito si gusta. Ese techo no es de cristal, sino que es oscuro y sinuoso. De ahí que sea inexpugnable

30 de septiembre de 2022. Sigo sin comprender tantas cosas... la principal es: ¿por qué no me comprenden? Sigo sin comprender porque soy un incomprendido. 

— Primero hay que definir al Humano — dice mi tío. 

— Bien, ¿qué es el humano sino cualquier individuo con forma humana? 

— Tú mismo has dicho que eso es una forma. Yo necesito la esencia que distingue al hombre de la bestia. Llamo bestia al ladrón y al asesino. Es una bestia cualquier individuo que no sea apto para vivir en sociedad.

— ¿Pero qué dices? Si sus comportamientos se han mantenido a lo largo de la historia, es porque es digno de vivir, ¿no? Si digno es parir, digno es el resultado. ¡Será que no hay otros animales que encajen como crueles! 

— ¿Acaso perjudican a sus congéneres? 

— ¡Pues claro! Las aves se alimentan de los hijos de sus vecinos continuamente porque el egoísmo es la pauta de la vida

Me gustan las cosas sencillas y ordenadas. Soy un maniático. Yo no miento: yo solo busco mi propia felicidad. Hay quienes hablan de abnegación. Como no podemos separar a la naturaleza de nosotros de ninguna de las maneras, siempre estamos simultáneamente abnegando y codiciando. No hay manera de evitarlo: ni siquiera muriendo, porque Dios te habrá lanzado al río con sus propias manos. Tus piernas se mueven por su tracción, no por la tuya. Tú, como ser, no eres más que un engranaje en su plan. ¿Puedes hablar de ascetismo si es el mismo Dios quien es ascético por ti? Que lienzo osado aquel que dice que ha creado el verde, cuando le han vertido azul sobre su superficie amarilla. ¿No lo llena de vergüenza? Creo que el primer paso es comprender la realidad. Luego vendrán los discursos y debates. Aunque, siendo certeros, es el discurso para con el exterior, porque entre los que hemos aprendido nos reconocemos y guardamos un silencio sepulcral y sagrado. Oh, pero yo no he degustado tal silencio aún. Será un luto perfecto. Curioso, sí, pues será luto y nacimiento [de una gloria que extasiará]. 

— ¡No es lo mismo! Los monstruos hablan de si mismos como monstruos.

— Los pusilánimes se describen como mierda, y no por ello son menos humanos. Los animales con psicopatía tú no los puedes distinguir: con ellos no convives, no te afecta. Pero variables hay en todas las criaturas... (idéntico al color de los ojos y al grosor de las cuerdas vocales. La base genética, estocástica para el sujeto, no puede ser obviada). 

— Solo el ser humano distingue el Bien y el Mal — sale mi madre. 

— La Conveniencia y la Inconveniencia son subjetivos y estoy seguro de que un animal también distingue la Gratificación del Menoscabo. Deberíamos preguntarnos mejor: de qué son incapaces las criaturas y de que es capaz exclusivamente la Grandeza y Privilegio Verbal del Hombre. 

Mientras, te pregunto: ¿por qué niegas tu Mal? En tu corazón hay un pequeño cáncer a extirpar. Tío querido, por como mínimo luchador, que es el primer paso a la rendición —pues quien no ha batallado no es posible, por definición, que se rinda—, ¿por qué no te deshaces de esa obsesión inmunda que obstruye tu paso a la Verdad? Eres un mal poeta. Solo te ha nutrido la poesía y, como quien solo se alimenta de aire, se te ha hinchado el estómago. No podríamos distinguir a un borracho sin hígado de un desnutrido. Tú eres ambos. 

Luego de nuestra conversación, querido tío, paseé con un amigo de hace tiempo. Él iba con el estómago medio vacío, aquejado: «oh, ¡me siento extraño! ¡Correr me ha debido remover las entrañas!» y yo iba riendo forzado. Estaba somnoliento y nos envolvía un frío terrible. No sé cómo se dio con exactitud, pero hablamos de ti y rápidamente pasamos al tema que nos ataña: «¡Yo quiero hijos! ¡Claro que los quiero!» y ya lo sabía pero quise meter cizaña e insistí en que era amoral y estúpido. 

Incluso de la Historia Sagrada puedes intuirlo:
el Edén era un lugar armonioso de recursos ilimitados 
donde de cada especie, incluida la humana,
solo había un macho y una hembra.
Hace miles de años, porque «la razón se impone por si sola»,
ya se sabían las condiciones de la Paz:
dos individuos que se quieren
en un mundo sin competencia.
Satisfacción y plenitud.
Pero eso, si miras a tu alrededor, ¿lo ves parecido?
Y cuando los humanos, insolentes, cabrearon a Dios
éste los condenó y los expulsó. 
Solo ahí les dijo: «creced y multiplicaos».
Lejos de exigirle a su Creador el perdón que merecían,
puesto que él, el Creador, los había creado insolentes adrede,
ellos recibieron el castigo
y a día de hoy siguen acatando y llorando.
¿Llaman a Dios malvado? Hasta donde yo sé
fue Abraham el que se aprestó a matar
a su propio hijo, a petición de Él,
y no Dios mismo quien empuñó el arma.

Siento que aquí es donde nos distinguimos de las bestias. Si cedemos a este designio injustificado —desde todo ángulo injustificado— es porque hemos fracasado como seres humanos. Por supuesto, tío, tu no piensas como yo. Tú dices que aquel que es incapaz de vivir en sociedad es una bestia. Hemos hablado de asesinos. Piensas de ellos las peores cosas. ¿Pero no es aquel que da la vida, el que da el Mal? Las cartas existirán por siempre. Aquel que las toma y reúne a sus amistades a jugar es el que crea al ganador y al perdedor. En el mundo siempre habrá Mal, sea lo que sea lo que eso quiere decir. Yo pienso que aquel capaz de vivir en sociedad es la bestia. Ser cívico y responder a tu conciencia no es digno, pues eso lo hacen todos los perros que acogemos en nuestros hogares. También se reproducen cada vez que tienen ocasión y dan mucho "amor", sea lo que sea lo que eso significa.