El arte de amar

Solo él, quien conoce la raíz del todo, puede hallar la raíz de su amor y defenderla con obstinación por la eternidad. Pero la insistencia no es suficiente: se requiere de dignidad en grado sumo para poder complacer al ideal de Amor. 

A menudo se cree que un sentimiento arrebatador puede llegar a los talones del Amor. Nada de eso. El sentimiento ha de ser combinado con un férreo intelecto, capaz de cuestionar y reconducirse a este ideal, sin profanar su pureza. Y la pureza se adquiere. 

Ejercer el Amor es un arte. Como en todas las «artes», se requiere honestidad, entrega... determinación, implicación... pero también un talento innato. Muchos dirían que son capaces de amar, o que «tienen mucho amor que dar». Si les preguntas por otras artes, como la del dibujo, inmediatamente negarán con brazos, cabeza, manos, pies y dirán: 

 Que va, no puedo hacer un solo dibujo bien — continuo movimiento de brazos —. Carezco de talento y conocimiento de técnica.

¿Por qué creemos que somos tan buenos amando si luego no hemos podido dignificarnos y dignificar a otro ser? Quiero decir, creéis. ¡Y de golpe es inquisitivo! 

Aunque sea un talento innato, el artista conoce la técnica. La técnica está presente, haya o no haya formación previa. 

Nadie puede amar sin primero conocerse a sí y, seguido, al Hombre. ¿Hablo de alguna introspección espiritual? Estamos acostumbrados a esos desperdicios. Hablo de racionalizar los comportamientos, de detectar las variables, de ser capaz de incluso predecirte a ti mismo, de separarte, como si salieras tú, tu alma*, del cuerpo, y te mirases, te estudiases como lo hace un herpetólogo con un reptil. 

Coge esos libros, cómetelos y aduéñate. Ojo... que no se adueñen ellos de ti. No todo el mundo es capaz de sobrevivir. ¿Lo habré hecho yo siquiera? Me siento muy bien, muy consciente de mis acciones... me revelo y me rebelo. De todas formas, no soy más que un títere disconforme. 

Oh... realmente es necesario talento. Quien domine la técnica de esto o aquello puede parecer, a ojos ciegos, un verdadero artista. ¡Triste falacia! Incluso el científico puede carecer de dignidad. Hay que odiar profundamente la verdad. Muchos científicos se maravillan con ella. Hay que odiarla para poder amar.

Amar es dos contra el mundo. 

¿Que respondería yo si me hicieran la pregunta? ¿Puedo o no puedo amar? ¿Está en mi mano o en manos ajenas

¿Es lo correcto amar Lo Correcto? Quiero decir, ¿ha de ser perfecto? ¿Hemos de amar solo a quien tiene la dignidad suficiente como para poder brindarnos el amor más lógico y perfecto? 

¿Hemos de sulfurarnos con aquellas pobres almas blandas? 

Hemos. Y moriremos con ello. 

* Hoy recuerdo que no creo en estas tonterías, pero que lo uso para facilitar las explicaciones. 

*

Aprovecho para ponerte esto sobre la mesa: quien no es exigente con sus amistades, tampoco lo es consigo. ¿Por qué confiaré en alguien que pone su oído a merced de las mayores burradas, voluntariamente? ¿No debería suponer que si no importa que esté fuera (dónde es fácil decidir y controlar), tampoco importa si está dentro (uno no puede retirar el oído de su interior)? 

Me pregunto porque alguien perdería su tiempo así.. y me lo pregunto desde la perspectiva de alguien que cometió el mismo error. Juro que, por muchos libros que leas, el punto y a parte es la exigencia general. 

Hay amigos para distintas cosas, dicen. Esos no son amigos: son pasatiempos. Quien pone su Amistad a, de nuevo, digámoslo así: merced, de engendros, solo engendrará Amistad de mala calidad. Puesto que el Amor no es sino la forma más bella, sacrificada y comprometida de Amistad, ¿quien me asegura que un desentrenado pueda mantener la compostura necesaria? Tanto por fuera como por dentro, dónde es más importante y dónde mi oído solo puede llegar mediante la astucia. 

Oh, ¡Astucia bendita! ¿Es mi debilidad hoy? Parece que el control es hoy y fue y será siempre. 

4 comentarios:

  1. Puede que sea mi publicación más gay...

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  2. No todos buscamos compañias a las que escuchar en las cosas importantes de la vida. Estas se reservan para unos pocos y para la racionalidad de la soledad. Jamás se me ocurriria aplicar un consejo de economia de un ludópata, quizá decido escucharle por conocer mejor su situación. (Quiza es la manera de conocer al Hombre mas salvaje y pura: el hombre contemporáneo, ese que anda por ahi destruyendose a él y los demás...)

    Quizá ese tambien soy yo, y quizá esté buscando conocerme tambien. Pero entender esto es demasiado para el filosofo que espera de alguien que haya leído tanto que se pueda anticipar al movimiento del espacio tiempo. Jamas fui y jamas seré un dios, jamás deberias haberlo esperado

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  3. Creo que buscar activamente algo concreto es condenarse a la insatisfacción casi continua, y de paso, perderse algo por el camino.

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    1. "Ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto se encamina" - Séneca

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Agradecemos su participación, monsieur.