Los asuntos cruciales

«El saber no ocupa lugar pero hay rangos de importancia según cómo su adquisición o ignorancia afecte al individuo»

Introducción: Aproximación personal y detalle en escarnio. 

En mi juventud, mi padre fue pseudo-diagnosticado con diabetes. En ese momento rodé los ojos y miré a mi madre inquisitivamente: 

— Dios mío, ¿a dónde voy con estos escombros que cargo por cuerpo? 

Me levanté, cogí el bote de azúcar del que había estado mamando durante más de una década y lo hice basura. No me podía permitir un solo día de ignorancia más. Necesitaba las respuestas a una vida decente, lejos del legado de mis progenitores. 

Unos meses después, ya me había licenciado en biología, endocrinología y nutrición. A su vez, había retratado mi primerísima posición política populista justificada (esto es para que nos riamos un poquito sobre mis días democráticos). 

Mis conocimientos sobre contraposición y dialéctica, que cargaba desde el nacimiento, y mis previos conocimientos en psicología, sociología, se unieron a esta obtención y como resultado terminé siendo implacable en todo debate al respecto. Una bestia rabiosa. 

En la escuela, se me dificultaban cada vez más la gramática y la aritmética. ¡Diablos! ¿Qué tiene de sensato el impartir estas materias cuando la gente no comprende la función del páncreas? Pero en la asignatura de Ciencias Naturales la cosa no era prometedora, no... conseguían, para mi asombro, aburrirme convirtiendo la materia que vive en nuestros cuerpos en lo más esotérico jamás concebido. Resoplaba. 

La docente era buena en lo suyo. La escritora de Sobre el genoma humano: un análisis del pensamiento de Hans Jonas (a día de hoy, 8/6/2022 no lo he leído, pero gustosamente un día le dedicaré un análisis) vivió el impartir como monótono y desmotivador. Eso es lo que sucede cuando la asignatura de filosofía no se presenta temprano. Oh, eso no es lo importante... porque la asignatura de filosofía discurrió floja. Lo entiendo: incluso yo exponiendo sobre la diferencia entre irracional (1) e incognoscible (2)* —con algunas copas de vino encima —tuve serios problemas al ver la cara de confusión del público. La entiendo. La abrazo. La perdono. 

Por otro lado, tras la lectura de Sobre la supresión de los partidos políticos, reafirmé mi desinterés por las ciencias políticas. La ciencia Suprema no se me antojaba que diera la talla. Es más, lo tomé como una atroz memez, sobre todo porque aun si había libros y libros trabajándola, nunca se podría sacar nada conciso de ello, solo mayores ascuas. 

— Regular el comportamiento del hombre... ¿cómo diablos se pretende algo así? Limitar es atar, guiar es adoctrinar, todo discurso es falaz, incluso si nace de lengua franca, no es más que lingua franca. El comportamiento, como el mercado, se regulan solos. Meter baza solo nos llevará a situaciones distintas, pero no mejores. Estas palabras deberían bastar para menospreciar cualquier cargo político — o cualquier cargo en general —, mas seguimos obstinados en una meta imposible: la sociedad utópica. Y si no se persigue ese ideal, solo se está luchando por el interés propio. Entonces no hablamos de regular el comportamiento del hombre... sino de regular la situación social y económica a nuestro favor para convertirlo en la oportunidad de oro. 

Historia es una asignatura para aquellos fanáticos de los cuentos, las leyendas y los mitos —entre los que se incluye el afán por regular el comportamiento del hombre—. A menudo he visto a estudiantes de historia fascinados con las historietas más burdas o aficionados a la mitología griega. Hay quiénes adoran jugar sin hacer sus deberes primero: ósease, pasar tiempo enfrascados en sabiduría equivalente a correr hacía un callejón sin salida, en lugar de adquirir la que construye escaleras y puentes. ¡No, Stuart! ¡No soy bienhablado con los desemejantes! ¿Cómo te vengarás? 

Quizá hablo de tal manera porque puesto que no soy un bárbaro no termino de ver la importancia de estos asuntos. Para quien es educado, quizá la educación parezca obra natural. 

1. Los asuntos cruciales y justificación. 

* Práctico: dícese de aquello que por su uso se llega a realizar de una forma habitual. Lo utilizada todos los días, es muy práctico en su vida.

Como ya hemos visto en la introducción, le he adjudicado una justificada importancia a los diferentes temas. Sois libres de discutir mis vituperancias en los comentarios. Sé que he sido escueta y es por no darle vueltas a lo baladí. 

NO son asuntos cruciales (especialmente si en mal timing): 

    1. Indagar en el lenguaje... como lo hace un carnicero en las entrañas. 
    2. La política.
    3. La historia de la humanidad/sociedad. 
    4. Mitología... por Dios...
    5. Otras ramas de la vulgar «cultura general». 

SÍ son asuntos cruciales 

    1. Las ciencias naturales → biología [nutrición] y sus subdivisiones... física y química.. 
    2. El estudio de la mente y del conjunto de las mentes (relacionado con lo anterior, pero cabe destacarlo). 
    3. La lógica y la dialéctica. 
La lógica detrás de estas afirmaciones es la siguiente: 
  • Todo material de uso no práctico puede esperar a ser asimilado post-utilis, en cuanto a que no condiciona la calidad de vida del individuo → no saber del linaje borbón o la aplicación de números imaginarios no te producirá diabetes; desconocer el propósito de la insulina sí. 
  • Todos los datos que se presenten como datos específicos (os estoy mirando, pedantes de la cultura general) y no como reglas generales, serán poco utilis y desechados al contenedor de saber insulso → el conocimiento de unos eventos históricos concretos no tienen gran relevancia, a diferencia de las hipótesis y estimaciones que aúnen esos eventos para describir trayectorias de causa-efecto. 
  • Los datos sobre cosas irreales son, por supuesto, inútiles → mitología y otras curiosidades de noso patrimonio. 
Así podremos identificar otras categorías como cruciales o no cruciales. ¡Véase la importancia de las leyes generales!

2. Tabla esclarecedora.

Para los excéntricos, he preparado esta tabla comparativa que plasma alegremente mi opinión: 


Es probable que le de un repaso en el futuro porque haciéndolo he pensado que sería interesante comparar directamente lo que se extrae de cada categoría y como se experimentarían déficits de volcarse en lo no crucial

Por ejemplo, Historia no es suficiente sin Psicología, Neurología y el resto de mis bellas damas; por otro lado, un poco de lógica y dialéctica suplen a las matemáticas y a la filología. 

Reitero: no estoy diciendo que estos conocimientos no tengan ningún valor, tan solo hago hincapié en la relevancia según el cometido. Cuanto más sepas, mejor —para tu colección y tu arrogancia, no para tu salud mental—, eso está claro. 

1* Lo sé de un valor vital a la hora de aplicar la lógica. 

Una vez más, ¡un placer! Dejo el tema abierto por conveniencia. Si alguien quiere más, que pida más. Soy generoso. 

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