Visitando la facultad de sociología

Era [miércoles, 14 de diciembre de 2022]. 

Día maravilloso. Me enfundé las bellezas que tengo por pies en unas tabi de cuero, me enrollé un largo abrigo negro de lana fina y salí a la calle repitiendo sin cesar «qué día maravilloso» en mi cabeza. El sol era radiante en pleno diciembre, así que prescindía de engorrosos atavíos. Qué día maravilloso... ¡qué día maravilloso!

Yo me encontraba finiquitando Indigno de ser humano, de Osamu, cuya obra me despierta tanto simpatía como apatía, puesto que es fácil identificarse con la mediocridad lasciva que representa pero el plot es lánguido. Cómo sea, es un relato trágico de una persona desventurada en su confusión por las incongruencias de la sociedad humana... de su naturaleza de tintes crueles irrevocables. 

Osamu escribe: «por lo general, las personas no muestran lo terribles que son. Pero son como una vaca pastando tranquila que, de repente, levanta la cola y descarga un latigazo sobre el tábano. Basta que se dé la ocasión para que muestren su horrenda naturaleza. Recuerdo que se me llegaba a erizar el cabello de terror al pensar en que este carácter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía cualquier esperanza sobre la humanidad». 

Qué hacer con este protagonista, que no es más que un desgraciado más en el mundo y como tal actúa, sino recomendarle la lectura de El gen egoísta. Estoy de broma, estoy bromista. No, no lo estoy. Tampoco lo estaba cuando mi querido amigo me invitó a la facultad de sociología de su universidad

Barcelona es un sitio increíble desbordante de actividades. A veces uno lo infravalora, cree que hace falta mucha pasta para pasárselo bien, mas es tontería: la diversión se crea. Estuve entretenido con Osamu durante casi dos horas, que fue lo que me llevó llegar hasta la universidad. 

— ¿La clase no ha empezado? Cómo se nota que estamos en la franja de tarde... — dije bien alto, adentrándome en ese escenario desconocido y cálido que era el aula. 

El profesor estaba dando vueltas cabizbajo, quizá aguardando a la entrada de más alumnos. El público era escaso. Una vez arrancó el asunto, tomé los siguientes apuntes:

  • «Comprender por comprender», buscar la comprensión de los hechos de forma objetiva y sin pretensiones. La sociología busca comprender llanamente, no buscarle una aplicación u orientación. 
  • «Reificación», cuya definición tras una búsqueda en Google sé que he apuntado mal, quiere decir: es considerar a un ser humano o viviente consciente y libre como si fuera un objeto o cosa no consciente ni libre; también se refiere a la reificación o cosificación de las relaciones humanas y sociales, que se transformarían al reificarse en meras relaciones de consumo de unas personas respecto a otras → dicho así sí me parece un proceso analítico válido ← ej. «la violencia cumple una función social», que está basado. 
  • «Holismo», metodología de estudio que supone analizar en conjunto y no por partes. 
  • «Anomia», estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales → ¿la falta de cohesión social es causa de suicidio? ¿También lo es el exceso de ésta? (algo extraño que capté). 
  • «Multiparadigmático», cualidad de algunas disciplinas para extraer conclusiones alternativas según el ángulo de mira → esto será importante luego.

Sobre realizarse como individuo

 Y la presión absurda que ejercemos sobre los demás y sobre nosotros.

Con una pastilla de tapendatol en la boca, me dispongo a escribir acerca de nuestro paso por el mundo. Ya no es lo que esperemos de la vida, sino de lo que aceptamos de ella. Hoy es el día en que os digo que no os suicidéis... porque toda acción es de doble filo. Estoy harto de escuchar a la gente desfogando sus frustraciones en mi sensible oído. 

Para los impacientes: si no tenéis hijos, vuestra única preocupación debería ser subsistir. No hay tal cosa como calidad de vida, esas cosas van y vienen... perceptiblemente. Ósea, ya ves a los avariciosos ricos, quieren más y más, nada es suficiente, terminas drogándote y acostándote con cien mil putas y terminas con el cuerpo lleno de enfermedades venéreas, como Nietzsche, el vitalista. Joder, lo único de lo que tienes que preocuparte es de tener la sesera un poco en su sitio, lo demás rueda solo. 

Para solucionar un problema, primero hay que plantearse bien las circunstancias. Sí, yo soy la primera persona eternamente frustrada pero también soy la primera en aceptar como son las cosas, aunque parezca irónico. Coadyuva el pararse un momento y decirse: «¿y qué coño esperaba yo naciendo?», es evidente que no me han traído al mundo para ser feliz, sino para parir. Pues empezamos mal, porque debo estar roto: soy un ser tan pensante que jamás se me ocurriría abrir las piernas para crearle el infierno a nadie. 

No hay que esperar nada grande de la vida. Todas las voces que os digan a que tenéis que aspirar o que es lo que hay que conseguir vienen de fracasados. ¿No os dais cuenta? La gente feliz está tan absorta en su felicidad que no goza de dar lecciones a nadie, porque cree que todos están en el mismo canal de radio. Y deberíamos. 

Ni lo material ni nada nos posiciona por encima. Esa ambición es una herramienta política para acabar con vuestra salud. Mirad a los japoneses, que no escatiman en abusar de sus hijos para que los hijos del vecino no los pisoteen, en lugar de enseñarles a sus hijos valores reales. Estos valores comunitarios no sirven para hostia, porque solo te hacen carne de cañón. 

Escuchemos a A. Escohotado cuando dice que «un país es rico cuando tiene educación». Pues ahora digo yo que un individuo es rico cuando deja de flagelarse por lo que la sociedad le dice que ha de tener. Es cierto: somos seres sociales y necesitamos a la sociedad, con su aceptación. Genial, fantástico. No necesitas la aprobación de todo el mundo. Tampoco la puedes tener, por definición. Puedes tener de algunos envidia, de otros simpatía, de otros la compasión... ¡Dios! ¡Ni siquiera existen los amigos platónicos

Vaya, llevo varios párrafos y sigo sin masticar la pastilla. 

Aprende a ser crítico con tus compañías y podrás empezar a ver el mundo con los ojos adecuados. Sé crítico seleccionando y sé crítico con lo seleccionado. La gente solo te aceptará en medida de la utilidad que les proporciones. Si te conviertes en un vago, no sacarán provecho de ti y dirán que «no tienes nada admirable». ¿No es sorprendente como todo lo admirable es lo aprovechable? Haz lo que te venga en gana. Rodéate de personas que te hagan sentir bien, aprovéchate también. Disfruta de la gente amable, que es el mejor manjar, de la gente dispuesta a escucharte... procura querer escucharte tú mismo. Siéntete mal con algo de respaldo argumentativo. 

Déjate de coches, déjate de viajes: el mundo es igual en todos sitios. La dopamina es igual abrazando a tu gato que bañándote en aguas paradisiacas. Acepta que no hay un Edén y que todo siempre estará a medias. 

Pero jamás digas que la vida es bella, eh. Eso es necedad. 

Viniste al mundo para parir y nada más. Suponiendo que seas un Homo sapiens sapiens auténtico, no querrás hacerlo. Si ya le has llevado la contraria a Dios, chico listo, ¿realmente dejarás que los humanos te mandoneen? Atiende a razones y come un poco, que es tu pase para la vida. El día en que no quieras seguir, no te preocupes: la vida no fue importante en ningún momento. Vivir o morir, da lo mismo. Siempre vas a poder hacer algo, pero ese algo jamás tendrá peso cósmico.

¡Hasta la próxima! Yo voy a tirar la pastilla en la papelera...

[¿Qué es el Hombre?] o la única solución

Gracias al desarrollo de la Ética Superior, cuyo objetivo no es más que el de ir más allá de las morales constructo y contradictorias mediante las leyes de la física, hemos alcanzado la plenitud filosófica posible para el Humano. Estoy de acuerdo con mi tío en que, si supiéramos más de lo humanamente posible, evidente es que, no seríamos humanos. Sin embargo, el Humano Veraz puede alcanzar el techo [y lecho] filosófico máximo para el ser consciente y finito si gusta. Ese techo no es de cristal, sino que es oscuro y sinuoso. De ahí que sea inexpugnable

30 de septiembre de 2022. Sigo sin comprender tantas cosas... la principal es: ¿por qué no me comprenden? Sigo sin comprender porque soy un incomprendido. 

— Primero hay que definir al Humano — dice mi tío. 

— Bien, ¿qué es el humano sino cualquier individuo con forma humana? 

— Tú mismo has dicho que eso es una forma. Yo necesito la esencia que distingue al hombre de la bestia. Llamo bestia al ladrón y al asesino. Es una bestia cualquier individuo que no sea apto para vivir en sociedad.

— ¿Pero qué dices? Si sus comportamientos se han mantenido a lo largo de la historia, es porque es digno de vivir, ¿no? Si digno es parir, digno es el resultado. ¡Será que no hay otros animales que encajen como crueles! 

— ¿Acaso perjudican a sus congéneres? 

— ¡Pues claro! Las aves se alimentan de los hijos de sus vecinos continuamente porque el egoísmo es la pauta de la vida

Me gustan las cosas sencillas y ordenadas. Soy un maniático. Yo no miento: yo solo busco mi propia felicidad. Hay quienes hablan de abnegación. Como no podemos separar a la naturaleza de nosotros de ninguna de las maneras, siempre estamos simultáneamente abnegando y codiciando. No hay manera de evitarlo: ni siquiera muriendo, porque Dios te habrá lanzado al río con sus propias manos. Tus piernas se mueven por su tracción, no por la tuya. Tú, como ser, no eres más que un engranaje en su plan. ¿Puedes hablar de ascetismo si es el mismo Dios quien es ascético por ti? Que lienzo osado aquel que dice que ha creado el verde, cuando le han vertido azul sobre su superficie amarilla. ¿No lo llena de vergüenza? Creo que el primer paso es comprender la realidad. Luego vendrán los discursos y debates. Aunque, siendo certeros, es el discurso para con el exterior, porque entre los que hemos aprendido nos reconocemos y guardamos un silencio sepulcral y sagrado. Oh, pero yo no he degustado tal silencio aún. Será un luto perfecto. Curioso, sí, pues será luto y nacimiento [de una gloria que extasiará]. 

— ¡No es lo mismo! Los monstruos hablan de si mismos como monstruos.

— Los pusilánimes se describen como mierda, y no por ello son menos humanos. Los animales con psicopatía tú no los puedes distinguir: con ellos no convives, no te afecta. Pero variables hay en todas las criaturas... (idéntico al color de los ojos y al grosor de las cuerdas vocales. La base genética, estocástica para el sujeto, no puede ser obviada). 

— Solo el ser humano distingue el Bien y el Mal — sale mi madre. 

— La Conveniencia y la Inconveniencia son subjetivos y estoy seguro de que un animal también distingue la Gratificación del Menoscabo. Deberíamos preguntarnos mejor: de qué son incapaces las criaturas y de que es capaz exclusivamente la Grandeza y Privilegio Verbal del Hombre. 

Mientras, te pregunto: ¿por qué niegas tu Mal? En tu corazón hay un pequeño cáncer a extirpar. Tío querido, por como mínimo luchador, que es el primer paso a la rendición —pues quien no ha batallado no es posible, por definición, que se rinda—, ¿por qué no te deshaces de esa obsesión inmunda que obstruye tu paso a la Verdad? Eres un mal poeta. Solo te ha nutrido la poesía y, como quien solo se alimenta de aire, se te ha hinchado el estómago. No podríamos distinguir a un borracho sin hígado de un desnutrido. Tú eres ambos. 

Luego de nuestra conversación, querido tío, paseé con un amigo de hace tiempo. Él iba con el estómago medio vacío, aquejado: «oh, ¡me siento extraño! ¡Correr me ha debido remover las entrañas!» y yo iba riendo forzado. Estaba somnoliento y nos envolvía un frío terrible. No sé cómo se dio con exactitud, pero hablamos de ti y rápidamente pasamos al tema que nos ataña: «¡Yo quiero hijos! ¡Claro que los quiero!» y ya lo sabía pero quise meter cizaña e insistí en que era amoral y estúpido. 

Incluso de la Historia Sagrada puedes intuirlo:
el Edén era un lugar armonioso de recursos ilimitados 
donde de cada especie, incluida la humana,
solo había un macho y una hembra.
Hace miles de años, porque «la razón se impone por si sola»,
ya se sabían las condiciones de la Paz:
dos individuos que se quieren
en un mundo sin competencia.
Satisfacción y plenitud.
Pero eso, si miras a tu alrededor, ¿lo ves parecido?
Y cuando los humanos, insolentes, cabrearon a Dios
éste los condenó y los expulsó. 
Solo ahí les dijo: «creced y multiplicaos».
Lejos de exigirle a su Creador el perdón que merecían,
puesto que él, el Creador, los había creado insolentes adrede,
ellos recibieron el castigo
y a día de hoy siguen acatando y llorando.
¿Llaman a Dios malvado? Hasta donde yo sé
fue Abraham el que se aprestó a matar
a su propio hijo, a petición de Él,
y no Dios mismo quien empuñó el arma.

Siento que aquí es donde nos distinguimos de las bestias. Si cedemos a este designio injustificado —desde todo ángulo injustificado— es porque hemos fracasado como seres humanos. Por supuesto, tío, tu no piensas como yo. Tú dices que aquel que es incapaz de vivir en sociedad es una bestia. Hemos hablado de asesinos. Piensas de ellos las peores cosas. ¿Pero no es aquel que da la vida, el que da el Mal? Las cartas existirán por siempre. Aquel que las toma y reúne a sus amistades a jugar es el que crea al ganador y al perdedor. En el mundo siempre habrá Mal, sea lo que sea lo que eso quiere decir. Yo pienso que aquel capaz de vivir en sociedad es la bestia. Ser cívico y responder a tu conciencia no es digno, pues eso lo hacen todos los perros que acogemos en nuestros hogares. También se reproducen cada vez que tienen ocasión y dan mucho "amor", sea lo que sea lo que eso significa. 

El arte de amar

Solo él, quien conoce la raíz del todo, puede hallar la raíz de su amor y defenderla con obstinación por la eternidad. Pero la insistencia no es suficiente: se requiere de dignidad en grado sumo para poder complacer al ideal de Amor. 

A menudo se cree que un sentimiento arrebatador puede llegar a los talones del Amor. Nada de eso. El sentimiento ha de ser combinado con un férreo intelecto, capaz de cuestionar y reconducirse a este ideal, sin profanar su pureza. Y la pureza se adquiere. 

Ejercer el Amor es un arte. Como en todas las «artes», se requiere honestidad, entrega... determinación, implicación... pero también un talento innato. Muchos dirían que son capaces de amar, o que «tienen mucho amor que dar». Si les preguntas por otras artes, como la del dibujo, inmediatamente negarán con brazos, cabeza, manos, pies y dirán: 

 Que va, no puedo hacer un solo dibujo bien — continuo movimiento de brazos —. Carezco de talento y conocimiento de técnica.

¿Por qué creemos que somos tan buenos amando si luego no hemos podido dignificarnos y dignificar a otro ser? Quiero decir, creéis. ¡Y de golpe es inquisitivo! 

Aunque sea un talento innato, el artista conoce la técnica. La técnica está presente, haya o no haya formación previa. 

Nadie puede amar sin primero conocerse a sí y, seguido, al Hombre. ¿Hablo de alguna introspección espiritual? Estamos acostumbrados a esos desperdicios. Hablo de racionalizar los comportamientos, de detectar las variables, de ser capaz de incluso predecirte a ti mismo, de separarte, como si salieras tú, tu alma*, del cuerpo, y te mirases, te estudiases como lo hace un herpetólogo con un reptil. 

¿Café o cocaína?

Basta una taza de café solo largo para ponerme como una moto. Tiene el mismo efecto que un chupito de licor y es idéntico a los primeros cinco segundos de subidón del éxtasis. La cafeína es una droga potente, digan lo que digan, sobre todo si eres vulnerable a las substancias en general. 

Se me revuelven los intestinos y me late el corazón con tanta fuerza que mis costillas vibran. Las manos hacen lo que quieren y los ojos miran a todos lados como los de una araña nerviosa. Es una taza de café buena, sí... ¿tomarías otra por mí, muchacha?

— No, querida, ¿por qué no piensas nunca en mí? 

— Hay muchas maneras de pensar en ti, cielo. 

Mis problemas con la droga son peores cuando estoy en alza que cuando estoy a la baja. Olvido que las cosas tienen consecuencias y que la prudencia es primordial cuando se trata de mí, un rácano simio impulsivo.

— Ahora sí... ¡ahora no! 

— No me vengas a joder, ¡hemos venido hasta aquí porque tú lo has pedido! 

— ¡Ya no quiero! 

— Vas a hacerlo.

— ¡Gracias por obligarme! Eso está genial. 

Solía beber alcohol cuando irritado. Pero esos tiempos cesaron.

«I drink on a daily basis [bebo diariamente]
Though it subtle cools my temper  [y aunque sutilmente me templa]
It never cools my temper» [nunca me templa].

Fue ahí cuando la Felicidad se hizo cargo de los malos hábitos. ¿Por qué no puedo admitir que necesito que me traten con la regla de madera? Al estilo tradicional. No puedo porque no se me permite, pero yo lo hago a como de lugar. Si tú te lo crees, yo también me lo creo, ¡por favor, hazme creer en ti! ¡Haz que te respete! 

Recuerdo haber suplicado eso en alguna que otra ocasión. Sin embargo, requiero de una mezcla de proporciones exactas que no se suele servir. Es lo estricto mezclado con la compasión. ¡Quiero una chispa! Luego, mejor que beba otra taza de café. 

¿Es la inteligencia una astucia contra el músculo?

Cuando leo Nietzsche inevitablemente pienso en Yukio Mishima. Este japonés vio a sus congéneres y renegó de la sombra que los caracteriza. Dejó de lado la tez fantasmagórica y la flacidez corporal, exponiéndose a la luz y fortaleciendo sus músculos. Era El sol y el acero, obra que recomiendo seguir de Elogio de la sombra, escrito por Tanizaki. Podría ser su antítesis, sí, pero también ha de ser su complemento perfecto. 

Mishima hablaba de acción, de fuerza. Tanizaki hablaba de la belleza poética que reside en ese refugio oscuro. Se hubieran entendido. Mishima habla de un poema suyo de joven y asegura haber amado ese foso, pero tuvo que amar el Sol cuando lo vio. Tanizaki dice que, evidentemente, cualquier hombre prefiere la luz por naturaleza; sin embargo, el japonés hizo de la necesidad una virtud y abrazó las sombras, otorgándoles un carácter divino, envolviéndose, ¡no! ¡Sometiéndose a ellas!

Encuentro ambas opciones exquisitas, pero he de cambiar de paladar obligatoriamente. Mishima es duro, se siente como un ataque a las murallas que el hombre débil levanta para protegerse. Tanizaki asegura que el Hombre puede, como he dicho, modificar su paladar, entrenarlo, para gozar de lo antinatural, de la poesía de la apariencia. Mishima, de nuevo, requiere de movimiento, de realidad patente, ¡Tanizaki de espejismos e imaginación! ¿Y no es esto segundo lo que hace al hombre un Hombre? Supongo que la clave está en entregarse a ambos mundos... sin pertenecer a ninguno. 

Es así: admiramos múltiples cualidades, ¿pero acaso no admiramos más a aquel en quien se concentran múltiples? En la bestia admiramos inteligencia, persuasión, coraje, prudencia, belleza —más importante: ¡gracia!—, fuerza bruta, velocidad, poder... una bestia con inteligencia pero sin fuerza, como un residente de las sombras de Tanizaki, podrá competir con una bestia descerebrada pero bruta. Pero ninguna de esas bestias podrá competir jamás con la que es grande y, además, ve en grande. 

Sé que Mishima seguía amando su «abrigado foso» mientras entrenaba bajo la nutritiva y ardiente luz del Sol y, además, sé que irremediablemente había foso en sus diáfanos músculos también: ligeros y pesados al mismo tiempo. 

Nietzche en El nacimiento de la tragedia, vuelve a mencionar la astucia. ¿Qué es esa virtud japonesa nacida de la necesidad sino una colosal astucia

La inteligencia —dicho de forma muy general, puesto que engloba cualidades variadas, como la empatía, la seducción, el cálculo o la templanza— es solo una herramienta. El músculo nació para que las máquinas de supervivencia pudieran desplazarse. Pero no tenían ideador: sencillamente sobrevivieron los genes que podían desplazarse, luchar contra las máquinas de otros genes, etcétera... así surgió el Animal. Otros genes han sobrevivido por mutaciones opuestas al músculo. Oh, bueno, y el desplazamiento, ¡qué diferente en sí, de criatura a criatura! La buena vista, la voz —el balido y el piar— y el músculo son solo casualidades que han tenido éxito en el mundo. 

Para evadir la muerte, hemos sido dotados de músculo en cierto grado. Otras criaturas, han sido dotadas de músculo y plumas, ¡otras de escamas! Y hay severas combinaciones. La cuestión es que si estás ahí, no ha sido un impedimento tu constitución —la constitución de tus ancestros, si quieres ser preciso—, para pasar a la siguiente generación.

Hay generaciones que mueren prematuras. Eso es porque nunca fue un impedimento para la concepción. Muchos tienen patologías que surgen mucho después de la madurez sexual. Por eso se traspasan a la siguiente generación. 

No se trata de ser el mejor: se trata de poder pasar a la siguiente generación. El grado de éxito no es lo crucial: es la mínima posibilidad, que se materializa, lo que cuenta. Como un trabajador que hace el mínimo, pero que permanece, sempiterno, en la empresa. 

¿Qué diferencia a la astucia del músculo? 

Esclavos del conocimiento

¡Cuántas veces habremos arruinado las cosas por pretenciosos! Personalmente, es un hábito. No estoy segura de hasta que punto soy un loco, pero me enerva que hasta un reloj estropeado de la hora correcta una o dos veces al día.   

Caminaba con mi mujer de la mano y vimos una buena falda. Debajo, nada del otro mundo, o no lo sabíamos, pero era un conjunto clásico y efectivo. Miramos, claro, y entonces mi mujer me vio y me halagó. ¿No sería lo más lógico que viéndome con tan buen gusto, se percatara de su error al tener palabras en la boca sobre otro atuendo? Creo que no estoy siendo claro. Lo que sucedió fue que no podía ella permitirse el tremendo error de pensar así sin dejarme claro que mi halago debía ir primero. Y eso lo supe con solo percibir su sutil movimiento ocular. Y digo que lo supe y no que lo elucubré, ¡porque estoy convencido a día de hoy! 

No hay casualidades. Hay detonantes y resultados. 

Bien, a mi me parece estupenda la consideración, pero no lo que la impulsó. Por mi se puede ir al carajo.

Claro, claro, podría equivocarme. ¡Podría estar en un tremendo error garrafal! Pero como estoy convencido no voy a retirar mi mandada al carajo, con lo que conlleve. Puede venir Dios, que seguiré seguro, por mucho que la duda permanezca, latiendo, perenne, en algún recóndito lugar de mi mente.

Y es lo que sucede con absolutamente todo. El filósofo a menudo cree que se las sabe todas, que nada se le escapa: y para lo que sabe fuera de su alcance, tiene mil hipótesis. A esas suposiciones no pretende ceder, mas su ego es fortísimo. Lo arrastra como arenas movedizas. Y se halla, de pronto, inmerso en unas tinieblas de las cuales se niega a liberarse porque supondría algo peor: la inexorable incertidumbre. 

El hombre corriente también cede a la vanidad de sus cálculos, pero dudo que La Duda sea tan presente. Su ego es de otra índole. No es un ego, no es un Él, es otra cosa... 

Volviendo a lo que nos ocupa... es una de las tareas más arduas el mantener la mente abierta mientras se es crítico y se acumulan conocimientos. Es fácil leer y dejarte influenciar por ideas de tal o cual, por las características del promedio y lo impersonal, en el sentido de que a menudo las teorías carecen de matices que suponen una diferencia radical, y así abarcan, engloban, al máximo. 

Me explico: en mi entrada sobre La lucha de sexos trato de dilucidar las razones detrás de los comportamientos promedio de los sexos, de cuál es el origen remoto. El objetivo no es dar por sentado que todo es X o Z, sino aumentar la cantidad de ideas que pueden barajarse y combinarse. Es una herramienta, no una lente categórica. Para conocer y conocerse. Para dominarse, para no caer en astucias y en lo irracional. 

Sin embargo, ¿cuántas veces he refunfuñado convencido de que tenía la Lente de Dios, el Ojo Divino y que nada podía escapársele a mi teoría? Incluí también mi propia debilidad en la fórmula, convenciéndome aún más de que si yo soy un zorro, los demás, que no saben lo que yo, deben ser zorro y medio, mínimo, ¡o triple zorro! 

Te obcecas en que dominas el mundo, pero solo te ocupas de las posibilidades que puedas plantearte, porque lo demás, por definición, no lo tratas. 

Sí, y es uno de mis grandes errores, aunque me haya acarreado a su vez grandes aciertos. A veces las cosas son blancas, otras veces son negras. A veces eres daltónico y otras veces aciertas de pleno y, ¡dale! No somos Dios. Ignoramos cosas y solo estamos en lo correcto (y no tiene porque ser totalmente...) por suerte, por alineación de los astros. 

Hay Verdades Absolutas, hay una Realidad, hay un Por qué para todo, pero ningún hombre llegará a eso nunca. Solo podemos aproximarnos con la mayor de las fuerzas de voluntad.

Muchas gracias. 

Suicidio estival arruinado

¡Que no cunda el pánico! Dominé los nervios llevándome a dormir con las pulgas. Hube hecho eso toda mi vida... de formas metafóricas y literales. Todo parece decente después de una mala noche precedida de una mala ducha en un lugar de, no mala muerte, pero no bendita suerte. 

Sin embargo, en mis anotaciones se halla: 

"Algo extraño sucedió ayer. Estaba empastillado hasta las trancas. Estaba seguro de que había ingerido suficiente como para morir. Siempre se lleva sorpresas desagradables uno… pude volver a casa con mis propias piernas. Era el peor de los escenarios. Fue divertido caminar entre fantasmas, ¡que podía ver con mis ojos! Claros como mis manos, rodeándome, y me miraban, ¡carcajeándose! Yo, con algo de miedo, les sonreía de vuelta. Vi a una bella fantasma, con todo el encanto japonés tradicional, en la copa del árbol, fusionada con él, pero tapada de él, y, oh… a la mañana siguiente, como era de esperar, vomité. Las pastillas se habían hinchado y enrojecido. Las toqué. Estaban pastosas. Me pregunté si había bebido algo rojo antes o si era sangre, el líquido en el que se mecían. Cuadraba más lo segundo. No era la primera vez que vomitaba sangre tras abusar de una substancia. Entonces sucedió otra cosa extraña: el arrepentimiento. Oh, no, no… mierda… ¿una úlcera? ¿A eso me he condenado? Válgame, con esta edad… ¿para qué me habrá querido Dios presenciando el nuevo alba? Sabe bien que no me hubiere prestado jamás para la vida y me ha arrastrado a ella de nuevo. Como si germinado de un útero otra vez, me pretende aprestar a la labor, ¡ja! Es más necio que yo si piensa que no he terminado conmigo. Hoy volveré a hacerlo y mejor".  

Oh... oh... 

Por qué no tengo amigos

Era un jodido cabrón. Una mala persona, siendo injustos y sin compararlo con otra cosa que no fuera la idea perfecta que tengo del Hombre. 

Trago amargo fue volver al lugar de donde nacieron algunos de mis más sucios escritos. No por sexual, sino por lo bizarro de mi vanidad al chocar con la existencia vitalista de este hombre desgraciado y soltero. ¡Hasta a mí me asombra cuánta bilis puedo derramar! 

Guapo y blanco noroeste como una frágil vampiresa dama real. Lo miraba con algo de envidia, pero siempre por encima del hombro. Una elegancia propia de una ciudad quieta, inmersa en niebla, en cada movimiento. 

Esa perra era capaz de hablarte maravillas de la vida aún si te habían arrancado dos piernas en batalla. Hablaba más de lo que no sabía que de lo que sí —¿qué sería?— y con el mayor de los descaros me apuñalaba el vientre —todos sabemos lo irascible mío— con sus gilipolleces. 

No tengo palabras para describir lo mucho que me desagradan los «amigos» así. 

Entonces llamó, mientras yo daba un jocoso paseo. Contesté con la euforia típica ante un suceso inesperado, pero la voz permanecía sobria. No iba con él. Recibí un saludo turbio. 

— ¿Y por qué hablas así? — dije riendo. 

— ¡Porque he bebido! De otra forma, no se me ocurriría llamarte. Es la peor de las ideas. 

— ¡Cómo no! 

Siempre era una situación triste. Recé y rezo porque nadie nunca me prometa las cosas que yo suelo prometer en vano. No son vacuas adrede, sino que, con el corazón en la mano, me estuve negando al exilio. 

No era solo el miedo al futuro. Era la ternura que se vislumbraba en cualquier alma indignada, aún si fuere también pasional. La clase de alma que se ilusiona, ¡y odio a la gente con ilusión!, y que se entrega, ¡pero nunca con la mente, solo con el corazón!, ¡y que me enerva! En todo momento y con toda la razón.

Tú y yo, ¿amigos? Si te cedí la palabra casi por golpe de bastón, cuando los modales sugirieron que era aprobado o blasón y, en severa desazón, ¿que hubiere hecho yo? ¿Seguir pormenorizando mi crueldad o permitirte hablar? Tu aura, ¡qué providencial! Pero hablabas con un anciano negado al corral. Si yo pudiera, ¡lo sabes! Tu boca hubiere sellado, ¡solo oídos liberados! Quizá incluso los ojos hubiere vendado... 

— Creí que había encontrado un amigo para siempre... — dijo, «pero tu concepto de amigo, rayano en lo platónico, sé que jamás lo admitiría», fue completando. 

¡Se ve que sí me conocía un poco después de todo! Quizá me conozca mejor de lo que pienso. 

— Me alegra que esté claro. Así no os falto el respeto ni a vos ni a mí. 

Me rebajo bastante ya con quienes no son etéreos.

«El ingenuo ve el ocaso
como a suerte de maravilla
que acostándose en la orilla,
postrado y en la mira, 
bien le salvaría
[, bien le guardaría...]»

Mi problema con la comunidad LGBT

Escribo esto, no porque no confíe en el sentido común del público, sino porque me temo que los científicos por fin comienzan a sublevarse contra la opresión que los anarquistas hiper-tolerantes de la razón que se hacen llamar LGBT... (y suma y sigue).  ¿Qué significa esta buena noticia para mí? Que ya no hay una crisis científica, sino que se asientan bases. ¿Qué significa, oh, ínclito filósofo, eso, para ti? Pues que ya no tendré protagonismo ninguno criticando estas fechorías. Ya no conmocionaré a nadie con mis atrevidas nociones racionales... el mundo será un «lo dijeron los científicos ayer» y de mi no quedará nada... a no ser...

¡Que me haga pionero! 

Y no solo entre mis allegados, 
puesto que vengo dando la nota desde largo, ¡sino que inmortalizaré mi osadía aquí! 


Contenidos: 


1. Introducción: una comunidad de maníacos depresivos.
2. El milagro Europeo: el marketing de la tolerancia. * Incluye consideraciones antes de aceptar cualquier idea [sexto párrafo]. 
3. Notas finales: ¿Tolerante o tirano?

1. Introducción: una comunidad de maníacos depresivos. 

Bien. ¿Qué sucede con la gay comunidad? Gay en el sentido original de la palabra anglosajona: alegre, despreocupado. Oh, ¿o quizá sea todo lo contrario? Resulta que los festivales del orgullo no son todo lo que la LGBT representan. 

Originalmente mi intención era tratar exclusivamente el tema trans, porque lo considero la cuestión más volátil, sensible y potencialmente destructiva de la comunidad. Pero, ya que estoy, voy a soltar todo lo que pienso. Mala costumbre difícil es de erradicar. 

Empezaré con los problemas de la gente gay que no comprendo a día de hoy (y ya he vivido lo mío): 

1. La famosa «salida del armario»... en 2022*

A nadie le importa con quién te acuestes. Puede parecer que tu intimidad sexual es de gran curiosidad al derredor, mas no podrías equivocarte más. Solo las personas que quieran intimar contigo o las personas muy cercanas a ti, pueden requerir de esta información. Es decir, tus mejores amigos, para que te puedan pasar los perfiles adecuados. 

Respecto a los padres... es lo mismo que digo siempre. O te aceptan como eres o viven en la inopia intelectual. Que te hayan parido debería hacerte dudar de si te aman por si solo. Te han sometido al libre albedrío del juego genético y te han plantado en un sistema de explotación físico y emocional llamado vida con el único fin de perpetuar la especie. ¿Realmente crees que lo han hecho porque te aman? Literalmente no te conocían. Y cuando te conozcan, decidirán su opinión de ti. 

Está esta patochada de que los padres son los únicos que nos apoyaran hasta el final. ¡Pero si son los grandes traidores! El único que te apoyará fielmente hasta el final, con toda garantía, es el perro que críes con comida constante. Yo no he recibido apoyo incondicional y soy heterosexual

Muchos heterosexuales pueden confirmarte historias de abuso, historias verdaderamente trágicas. No es que tus padres no acepten tu sexualidad, tus padres no aceptarían nada que se salga de sus pautas, de lo que esperan de ti, del hijo del que quieren ser padres

¿Importa la opinión de los demás?

Sí, ja, igen, yes, oui, kyllä... 

Pero si no es suficiente esa gracia junto con el sentido común para encajar semejante perogrullada, fear not: me dispongo a pormenorizar la traba. 

— No entiendo porqué te importa tanto la opinión de los demás. 

— ¿Acaso no nos acaecen las cosas que lo hacen debido a la opinión de los demás? La opinión de los demás condiciona tu vida directa e indirectamente...

Como una sombra cáustica capaz de deshacer tus anhelos o de impulsarte a lo más alto de las posibilidades humanas. La opinión son escaleras al cielo o al infierno y debe usarse como la más poderosa de las armas, pues en su hoja se refleja el porvenir. 

La vida que disfrutamos o lamentamos ahora es un montículo, una interacción, de diversas opiniones, históricas o coetáneas. Ignorar el peso de este enorme factor es como ignorar las leyes de la física a la hora de plantear un sistema de poleas. Hay una razón por la que un buen marketing levanta lo mediocre (así como unos buenos pantalones hablan de tus capacidades cognitivas) y es que la opinión, general o concreta, nos tiene cogidos por la tráquea.

¿No es por el compañerismo, la amistad, el amor y la admiración, [¡el favoritismo!] por lo que se mueve el gentío en una danza y lucha interminable? ¿No es la opinión la base del dinamismo cultural

Nota de suicidio núm. 527

Esta versión ha sido escrita con total indiferencia en faz. ¡La misma con la que espero estar reposando! 

¿Por qué? ¿Qué por qué? Mis allegados conocen el discurso. Mi trabajo literario es una respuesta clara que no muchos se molestan en leer y tomar en serio. Dicen que o no es claro, o que no lo hago lo suficientemente claro. Quien sabe si será mi querido lector capaz hoy de captar la magnitud de mis palabras, el peso de mi pena. 

Quise paz. La obtendría por las buenas o por las malas. Sin esas connotaciones. Esto es El Bien y es El Mal a iguales partes: ninguna. Pido disculpas y digo «¡de nada!», a quienes les perjudique y a quienes les beneficie, respectivamente, esta decisión egoísta. ¡Egoísta! Ni dándome muerte eludo a Dios. Todo ha esto sido... un malvado, macabro plan... sin esas connotaciones. Resoplo. 

Ojalá, ojalá y ojalá, pero no llego a nada. Inconformismo y rebeldía. Los motivos... la razón... el destino... el vil contraste del que no me zafo. Permítanme zafarme... me martiriza. Quiero escapar... ¡permítanmelo! Tanto lo pido y no se me permite esa suerte. ¡Cuán concéntrico! 

Que no te engañen los burgueses: 
el suicidio es siempre UNA solución. 

¡En su centro...! ¡Inexorablemente...! ¡Dios! Y cuán perogrullesco, ¿eh? 

Mi comportamiento obsesivo y controlador, la lectura para alcanzar a Dios con la daga envenenada, mi indignación ante la negación de la Masa por ser mi aliada. Ira sobre los frustrados, ida sobre los favorecidos... como si fueran contrarios. Ira sobre cada voluntad. Mi índice señala la puerta y la puerta señala el infierno... de vuelta. 

Estos estudios han sido una búsqueda para la justificación de mi muerte, pareciera. Empujaría, empuje, ¿empujo?, mi cuerpo marchito al precipicio. Oh, el Negro Poeta al fin en su melaza [risa fúnebre]. 

Los sucesos al fin cesarán (para mí). La infinidad que repaso en cada objeto (miro dentro, miro dentro…). Hay infinidad en todo lo concreto y en todo lo abstracto. Lo absoluto es que sea infinito. Nada se crea ni se destruye. Todo permanece como Dios lo trajo al mundo: estable.  Y cuando no es así, la aberración perece.  En ese sentido yo podría ser la aberración.

¿Por qué me obsesiona el control? Bueno, primero… me obsesiona todavía más que no le obsesione al resto. No comprendo como pueden vivir. Solía hacerme gracia de muy joven al girar la cabeza y contemplar al ganado mugir, corretear, parlotear… era un niño con un humor vivo y no podía evitar carcajear ante la escena. Una palabra venía a mi mente:

— Autómatas — seguido de… — ¡Viven sin que yo sepa nada de ellos! ¡Esas cabecitas suyas piensan por si solas! ¡Tienen una cama a la que volver y una comida preferida! ¡Tienen sus amigos y sus amantes! ¡Todo esto fuera de mi jurisdicción!

¿Cómo era posible? Era absurdo. Entonces, a cada evento absurdo le correspondía la siguiente palabra entre risas, risas al borde de un feliz llanto:

— ¡Probabilidades! — y seguía… — De todo lo que pudo acontecer, ¡ese fue el resultado! Dios, ¿cuáles eran las probabilidades?

De ahí mi alegría por las cosas pequeñas e insignificantes: siguen ahí. Sin embargo, es estadísticamente improbable que una u otra cosa suceda… en estudio. Solo en predicción, quiero decir.

Nunca fui una persona satisfecha.

[Diálogo] Mi problema con la política

Recomiendo la lectura previa de la entrada sobre el bien comunal, puesto que ahí explico a fondo mi posición. 

Hace poco publiqué en redes sociales una burla a la democracia, que por desgracia no tengo a mano. Un extraño decidió responderme e iniciar un intercambio de ideas. Yo, firme en mi postura apolítica, le dije lo mismo que le digo a mi querido tío, aficionado la filosofía política: «los problemas reales de los ciudadanos no son para con el gobierno, sino para con Dios, ¡buena suerte votando por la felicidad y la prosperidad!». 

¿Por qué tanta insistencia por alejarnos de los asuntos cruciales? ¿Cuál es la ansiedad? Las condiciones las formamos todos y firmamos pactos con el Santísimo al perpetuar nuestro paraje en la Tierra. ¡Quien quiera luchar por la libertad, que no le ponga cadenas a más almas! 

Pero las soluciones simples no agradan a la mayoría de filósofos, no, y luego yo soy el quejica indignado por tratar la realidad. Mis entradas sobre Ética Superior están a disposición del inteligente que se muestre interesado por lo racional.  

Bien, sin más preámbulo... 

Diálogo: el problema del enfoque en política. 

Nos referiremos a anónimo como J. Los paréntesis no aparecieron en el diálogo y los corchetes en negrita son aclaraciones mías.

Entonces J empieza, como hemos dicho, contestando a mi burla hacia la democracia: 

J: Soy totalmente antidemócrata —rousseano, si acaso— pero comparar eso [un voto democrático de ciudadano con un baile tribal que busca bondades] es pasarse. Es verdad que no se va a cambiar el status quo, mas hay políticas concretas que se revisan y cambian que afectan a la vida de gran parte de los ciudadanos.

Yo: Claro, es una exageración humorística. Ahora bien, los problemas reales de los ciudadanos no son para con el gobierno, sino para con Dios... buena suerte con ello. 

J: No, son para las políticas socialistas. Yo no creo ni que vaya a votar, en realidad. 

Dejo claro mi pesimismo y desestimiento:  

Yo: Todos deberíamos abstenernos.

J: Efectivamente. El fenómeno del voto útil/inútil (1) es cosa horrenda y veo a poca gente hablándolo.  El otro día mi compañera de piso me dijo: "¡ni se te ocurra NO ir a votar!". Le dije que no sabía si votaría, pero que si votaba, votaría al PCE. Me dijo: "pf, eso es un voto inútil". Son peores que la Stasi Alemana (2).  

Puesto que me niego a seguir mencionando partidos específicos, vuelvo mi punto de interés: el de la función de la política. 

El bien comunal

Introducción: 

El documento del que parto es una mera redacción de inglés. Puedes visualizarlo en una sola hoja aquí. Lo traduciré y ampliaré un poco, para ver si logro convencer a una triste alma de abandonar los callejones sin salida. 

El título es Good for the unit versus good for the whole, por lo que hablaremos sobre mi misconception favorita: el bien comunal. Ya he publicado un diálogo al respecto.

Reitero en mi creencia... el problema con el 99% de filósofos hoy en día es que se niegan a rendirle cuentas a las Verdades Categóricas solo por el gusto, el afán insano, de darle más al coco de la cuenta. ¡La gente quiere romper platos para luego pegarlos, cuando es mucho más sencillo no romperlos en primer lugar! Son más bien artistas. Lo que los distingue de ese digno grupo de hippies es que creen cargar con un deber intelectual a las espaldas. Es como teorizar sobre qué sucedería con ecosistema actual si aparecieran unicornios de la nada. Alguna curiosidad saldrá de ahí, pero el enfoque es surrealista. 

Surrealista, ilógico... cabe recordar esta cita de R. Dawkins: «El amor universal y el bienestar de las especies consideradas en su conjunto son conceptos que, simplemente, carecen de sentido en cuanto a la evolución» (1). 

En el prólogo de Vida, la gran historia de Juan Luis Arsuaga (2), me topé, en un párrafo dónde hablaba de la laboriosa relación entre el método científico y las ciencias históricas, con lo siguiente: «diría que las otras ciencias experimentales sienten envidia de la sencillez y la elegancia de las formulaciones matemáticas de la físicaI», ¡tan breves! ¡Tan compactas! Si bien la política no la consideraría una ciencia experimental [sino una estrategia con base en ellas, de aquella manera, porque que Dios baje y vea si considera sus límites racionalmente], es cierto que todo sería simple si pudiéramos expresar estas cuestiones matemáticamente. 

Lo cierto es que de poder, se puede. Carecemos de la larga historia de datos que harían falta para predecir la evolución, el progreso, etcétera... en la física es todo sobre el aquí y ahora, pero las cosas se complican en lo no tan raso. Oh, pero, ¿qué me comunican por el pinganillo? Hay una fórmula lógica que sin duda deja en jaque al bien comunal. Y la expondré a continuación, a fin de que los arquitectos de la ética se zafen de sus neuróticos esquemas. 

Conceptos clave: bien comunal, lógica, política, ética. 

Traducción y ampliación: 

Las aclaraciones entre corchetes serán de gran ayuda para comprender al cien por cien esta breve pieza. 

«Por miles de años, utilitarios y nihilistas han luchado sobre la pregunta [¿mejor lo bueno para uno o lo bueno para todos?] sin llegar a una acuerdo. Aquellos que defienden la mayoría (que no son todos, en lo absoluto), pasarán por idealistas porque no entenderán jamás cómo funciona el mundo». 

«Las leyes de la naturaleza siempre están en lo correcto, porque ellas marcan lo posible y lo imposible. La naturaleza, la realidad, son, después de todo, solo la materialización de las cosas que pueden suceder [y mantenerse] (estables). Lo imposible (inestable), jamás se materializará en el mundo. Por eso lo bueno para todos no llegará a existir jamás: porqué es ilógico [, es irracional]». 

Como hacer dieta (y no volverse «realfooder» en el intento)

Introducción: 

I. La dieta [δίαιτα] es solo el modo de vida. 

En la variedad está el gusto, queridos lectores, y en la variedad también están los nutrientes; si es que los hay, en primer lugar. No seamos tontos y estigmaticemos las privaciones [decisiones sensatas] pensando en que un poco de heroína es inocuo. Genial: ya me he posicionado aparentemente como un excéntrico. Ahora no gustaré ni a los realfooders semilleros ni a los amantes del pan de molde sin corteza y la Coca Cola light. 

Pero la dieta no se basa en opiniones: se basa en hechos. Y lo bueno de estos hábitos es que son universales, en el sentido de que entre humanos tenemos cuerpos que prácticamente funcionan igual, obviando déficits, excesos y otras cuestiones particulares. 

Todos tenemos que ingerir cierta cantidad de líquidos, aun si tú sueles estar más sediento que tu vecino; o proteínas, razón que tu vecino emplea para justificar esa suscripción a Prozis; o, más importante aún, ¡micronutrientes! 

Los grandes olvidados por la comunidad fitness adicta a los macarrones con dos espinacas: ¡necesitas potasio! Pero no solo necesitas potasio, ¡necesitas considerar cómo los demás nutrientes están interactuando con tus niveles de potasio! Quizá puedas evitar el quilo de brócoli si dejas las galletitas saladas. 

Hace muchos años redacté un trabajo de investigación titulado La cura del Alzheimer (¿por qué está en catalán, inglés y español? Inclusión cultural). Estaba yo en pañales, mas el enfoque era bastante acertado. Seguramente haya patinado con el asunto de los radicales libres. ¡Ignoremos mis errores con la misma fuerza con la que machaco los de mis homólogos! 

«Hay algo en la simpleza de los problemas del ser humano que cautiva mi atención. Hay algo mágico en la agonía popular concerniente a los males de salud y de sociedad. Gracias a la sencillez del origen de todo lo que nos rodea podríamos plantearnos lo básico que es Dios también, pero eso es un tema mucho más interesante —tampoco tanto— que el que nos plantearemos hoy: “¿cuál es la cura del Alzheimer?”», M. Fiallos en su juvenil y menor trabajo: La cura del Alzheimer.

Admito que me he basado en esos "apuntes" para redactar lo que viene. 

II. Piensa por ti mismo y luego juzga la pirámide alimenticia. 

Creo que lo más importante a la hora de expandir cualquier campo del conocimiento es tener pensamiento crítico. Digo eso pero una de mis citas célebres es: «por desgracia, autodidacta», para refererirme para algunos es menester un guía en todo momento. Para los malos autodidactas y para los buenos, no worries: he llegado. 

«En Internet cualquiera puede obtener información sobre los más variados temas, también los de salud. Sin embargo, la multitud de fuentes resulta problemática: hay algo en el exceso de lectura que imposibilita leer. Discernir entre la información útil y contrastada de la pseudociencia y la superchería puede ser complicado para profanos en la materia», de nuevo, en La Cura del Alzheimer.

Lo curioso es que creo que pocos españoles lo hemos hecho al mirar la pirámide alimenticia. Yo mismo la observaba de renacuajo sin cuestionarme cómo el Hombre hubo llegado a la conclusión de que el pan es la base de la vida. Me gustaría que le echáramos un vistazo a las características del pan en este detallado artículo

Otra red flag es que la pirámide nutricional no es igual en todo el mundo (1, 2). Se contradicen evidentemente las proposiciones: «la nutrición es universal» y «la base alimenticia española difiere de la australiana», mas a los médicos no les importa a la hora de colgar sus pancartas de Kellogg (véase su reprochable actitud: 3) en colegios y consultas. 

«Todos los países se tendrían que basar en la evidencia científica actual para elaborar sus recomendaciones, pero es evidente que esto no sucede», son palabras de Juan Revenga. La corrupción de la OMS no ayuda (4, 5). Lo que no se sabe por ignorancia real se suma a lo que no se comunica por interés: y así se oscurecen las cosas. 

Los asuntos cruciales

«El saber no ocupa lugar pero hay rangos de importancia según cómo su adquisición o ignorancia afecte al individuo»

Introducción: Aproximación personal y detalle en escarnio. 

En mi juventud, mi padre fue pseudo-diagnosticado con diabetes. En ese momento rodé los ojos y miré a mi madre inquisitivamente: 

— Dios mío, ¿a dónde voy con estos escombros que cargo por cuerpo? 

Me levanté, cogí el bote de azúcar del que había estado mamando durante más de una década y lo hice basura. No me podía permitir un solo día de ignorancia más. Necesitaba las respuestas a una vida decente, lejos del legado de mis progenitores. 

Unos meses después, ya me había licenciado en biología, endocrinología y nutrición. A su vez, había retratado mi primerísima posición política populista justificada (esto es para que nos riamos un poquito sobre mis días democráticos). 

Mis conocimientos sobre contraposición y dialéctica, que cargaba desde el nacimiento, y mis previos conocimientos en psicología, sociología, se unieron a esta obtención y como resultado terminé siendo implacable en todo debate al respecto. Una bestia rabiosa. 

En la escuela, se me dificultaban cada vez más la gramática y la aritmética. ¡Diablos! ¿Qué tiene de sensato el impartir estas materias cuando la gente no comprende la función del páncreas? Pero en la asignatura de Ciencias Naturales la cosa no era prometedora, no... conseguían, para mi asombro, aburrirme convirtiendo la materia que vive en nuestros cuerpos en lo más esotérico jamás concebido. Resoplaba. 

La docente era buena en lo suyo. La escritora de Sobre el genoma humano: un análisis del pensamiento de Hans Jonas (a día de hoy, 8/6/2022 no lo he leído, pero gustosamente un día le dedicaré un análisis) vivió el impartir como monótono y desmotivador. Eso es lo que sucede cuando la asignatura de filosofía no se presenta temprano. Oh, eso no es lo importante... porque la asignatura de filosofía discurrió floja. Lo entiendo: incluso yo exponiendo sobre la diferencia entre irracional (1) e incognoscible (2)* —con algunas copas de vino encima —tuve serios problemas al ver la cara de confusión del público. La entiendo. La abrazo. La perdono. 

Por otro lado, tras la lectura de Sobre la supresión de los partidos políticos, reafirmé mi desinterés por las ciencias políticas. La ciencia Suprema no se me antojaba que diera la talla. Es más, lo tomé como una atroz memez, sobre todo porque aun si había libros y libros trabajándola, nunca se podría sacar nada conciso de ello, solo mayores ascuas. 

— Regular el comportamiento del hombre... ¿cómo diablos se pretende algo así? Limitar es atar, guiar es adoctrinar, todo discurso es falaz, incluso si nace de lengua franca, no es más que lingua franca. El comportamiento, como el mercado, se regulan solos. Meter baza solo nos llevará a situaciones distintas, pero no mejores. Estas palabras deberían bastar para menospreciar cualquier cargo político — o cualquier cargo en general —, mas seguimos obstinados en una meta imposible: la sociedad utópica. Y si no se persigue ese ideal, solo se está luchando por el interés propio. Entonces no hablamos de regular el comportamiento del hombre... sino de regular la situación social y económica a nuestro favor para convertirlo en la oportunidad de oro. 

[Ensayo] Contra la amistad y cualquier otro convenio social (inacabado)

Última modificación: Abril 2022.

Cuando puse mis cleptómanas manos sobre la apología — no apology, como debiere ser — de Cicerón a la amistad, supe que la detestaría: ya me olía sus virtudes plagadas de hipocresía y egoísmo, tildadas convencionalmente de "buenas” por útiles, con la connivencia de la especie.

Que el utilitarismo es incompatible con la justicia depende de lo que ésta implique a nuestros corazones, ¡nunca antes mejor formulado!

«“¿Egoísmo?” Pero nadie se ha preguntado todavía: ¿qué clase de ego?»
— Friedrich Nietzsche.

Para mí, que sentí nauseas pasando las páginas de Libro del amor, trabajo de Ramiro A. Calle, al mismo tiempo que Sobre la amistad de Cicerón me horrorizó; para mí, por contradictorio que suene respecto a lo que acabo de decir, la justicia se halla en la compasión máxima.

Lo dice quien pasó de repudiar a John Stuart Mill a casi venerar — digo pues me repetía en mi día a día abalando su buen ver — las pautas de utilitarismo comunal, para luego volcarse en el nihilismo como al principio, pasando por una concepción agresiva y maquiavelista, queriendo más adelante regresar al utilitarismo con el rabo entre las piernas, pretendiendo ignorar lo evidente:

«Me percaté de que era egoísta luchar contra el egoísmo de La Madre,
pues trifulca de mil años, mil siglos sería, y, ¿quién sin mí la iba a librar?».

Os sintetizaré, lo que a continuación viene, así:

«Todo egoísmo es maldad».

Esta es una disculpa — si me permiten proseguir con los juegos de palabras — a la compasión, a la idea de justicia absoluta bajo esa premisa, que ahora os parece clara: pareciera que la habéis portado en el pecho toda la vida pero, ¿acaso el egoísmo no es parte de la inercia, motor de la Madre Naturaleza? ¿Acaso nuestro placer, nuestra existencia, no son su mérito? ¿Acaso podréis negarme, discutirme, mi severidad?

No. Sería harto egoísta de vuestra parte.

El animalismo: el amor de los cobardes

Era yo ese muchacho que temblaba cerca de las mascotas de sus amistades rezando porque no lo tomarán por malvado. ¡Un mal gesto y todo al traste!, decía, como si fuera cosa de enjundia si gruñía o no el bicho, como si quisiera demostrar que yo estoy por encima de sus ojos francos. 

Hoy soy el desgraciado que asalta a tu perro con caricias intempestivas mientras tú tienes prisa por volver a casa, harto del mundo. ¿Por qué? Porque a mi cuerpo le gusta y yo soy un caballero con él. ¡Solícito con el hostigador! 

"Caballero del cuerpo,
pues él lo pidió"...         

Solícitos con lo provechoso 

Basta, basta ya de presentaciones y promociones... veréis: durante mucho tiempo le di vueltas a la frase: «la moral tiene criterios estéticos» de Frito Rico en Nicho. Se utilizaba la mariposa y la cucaracha para ilustrarla y permitidme catalogar la acción de absurda. 

Resulta que, para los que no lo sepan, la estética es solo un análisis superficial, una percepción sobre la raíz profunda de las cosas, lo que nos llega instintivamente sin saber más allá, debido al legado genético. Aplicamos los mismos criterios sobre la estética de los insectos que sobre la estética de nuestros congéneres. Esto significa que:

Nos son estéticamente [entre] indiferente-agradable aquellas criaturas que ni supongan un perjuicio para nuestra integridad (claramente enfermas, por ejemplo), ni susciten un entorno hostil (independientemente de su presencia o no). Esto quiere decir que sin sus malas intenciones, no reflejan un daño en nosotros. Supongamos a las cucarachas... bien, pues resulta que si hay cucarachas hay materia en descomposición, plagas, etc. Y eso es un entorno hostil. 

No serán estéticamente muy atrayentes aquellas criaturas que puedan ser aliadas, favorecernos o que indiquen un entorno benévolo. 

Por lo tanto, no hay tal cosa como «eres benévolo con esta criatura solo porque es bella», puesto que su belleza tiene un sentido. Su belleza es lo que te llega como ser inconsciente, de las verdaderas razones por las que le das tu favor. 

Isogamia y la lucha de sexos

Es una realidad que incluso si nuestra especie fuera isogámica, el egoísmo seguiría beneficiando y perjudicando. La cuestión es que la balanza sería sumamente equilibrada en cuanto a los intereses se refiere, puesto que los compartiríamos en mayor medida (no en una total si siguiéramos siendo mamíferos, eso está más claro que el agua). Interés e intención... 

Esto es claro con parejas homosexuales, dónde si bien tienen el mismo objetivo, sigue habiendo conflictos. 

Existe una lucha entre individuos que es permanente y común a todos los seres vivos (dentro y fuera de la especie). Luego, superpuesta, una lucha entre sexos (que sigue siendo entre individuos pero que puede segmentarse, diseccionarse a parte). 

Las ventajas y desventajas para macho y hembra son dinámicas, por etapas que dictan las motivaciones y, sobre todo [e interfiriendo], las limitaciones. Todo con un fin que escapa pero estimula nuestros órganos sensoriales. (Siendo estos... excitación, ambición, anhelo, frustración... es tanto la causa del orgasmo como la causa de la insatisfacción maníaco-depresiva*). 

* Siempre que ésta última no sea causada por un desajuste natal químico — o una historia similar. Hay gente que no tiene harem, pretendientes, pasatiempos, talentos, dinero, recursos, amistades, un hogar, etc, y se goza la vida. Sin aparentes motivos para estímulos positivos. 

Cada cabeza es un mundo, pero generalicemos para pormenorizar la cuestión. 

Todo estímulo positivo tiene una de estas 3 raíces... parecieran 2. Estas serían: 

  1. Éxito reproductivo.
  2. Éxito social.
  3. Éxito intelectual → del placer """superior""" de crear, de investigar, del hombre. Esto se separa del éxito social pues el inventor gozaría de su investigación y no de su lucro. Aunque puede ser que disfrute ambas.

» ¿Por qué digo que 2 raíces [sinonimia entre raíz 1 y raíz 2]? 

No hay mucho más margen para lo que significaría éxito social que la cantidad de candidatos sexuales disponibles (que se materialice o quede como potencial es indiferente...). 
Podría significar éxito social: porcentaje de población dispuesto a cortejar / permitir un cortejo. Puede provenir tanto de acumulación de recursos, estatus (éxito social que asciende el éxito social) o atractivo sexual físico. 

La atracción es lo que fomenta que los individuos se relacionen. Es un interés, sea por la copula o por el mero encanto. Esto entre sexos opuestos.

Entre seres del mismo sexo, el éxito social continua siendo un factor de éxito reproductivo porque aquellos que promuevan éxito social en el individuo aumentarán su atractivo. Elaboraría así, pero a continuación proseguiré mediante ejemplos: 

  1. Entre mujeres, compañeras menos bellas incrementarán su atractivo notablemente, haciendo que, si un hombre se acerca al grupo y ha de escoger, se aúnen las probabilidades en la más atractiva (aunque no sea la más atractiva del mundo entero. El hombre no tiene mucho filtro, pero elegirá la carta que más le favorezca). 
  2. Entre hombres y entre mujeres, amistades de matiz intelectual sumarán valor personal (amistades nutritivas intelectualmente hablando), promueven la obtención de recursos y el desarrollo de virtudes que parejas complejas agradecerán. 
  3. Entre hombres, los amigos reafirman su masculinidad. Ser aceptado por otros hombres es equivalente a ser aceptado por la testosterona. Con especímenes de su mismo género, el hombre puede volver a sus actitudes primarias masculinas, dándose rienda suelta. 
  4. Entre hombres y mujeres, la búsqueda de intimidad ya sabemos a dónde va. Hombres y mujeres no se comparan entre sí, no hay una competencia entre ellos, son muy distintos, por lo que durante un tiempo tendrán una idílica situación. Sin embargo, debido a que sus intereses son distintos, eventualmente se disuadirán de esa perfección. Una mujer no comparará su cuerpo con el de su hombre, pero sí comparará el valor de su hombre con el de otros hombres, sea consciente o no de ello. Su pareja hará lo mismo. 
Una mayor calidad de amistades contribuye a éxito social, que se traduce en éxito reproductivo. Un hombre con amistades exitosas, accedería a mejores posiciones... ergo, tendría un mayor número de candidatas. 

El problema que tienen los japoneses con el agua

El agua... el agua es un preciado recurso que no debemos malgastar. Creo importante recordar que el agua vuelve a nosotros una vez pasa por unos sospechosos pero ineludibles tratamientos químicos. No sé cuan perjudiciales sean... mas sí es certero que lo preferiremos a las heces y orina de la comunidad. 

Este es un comienzo moral para una historia completamente bussiness related, de gestión financiera básica. Y de observación de la clientela, del trato con ella, el flujo, la novedad, la costumbre... muy simple, por mucho que me esté enrollando. 

Hoy presentamos: 

Mi problema con las botellas que te encasquetan a traición en los buffets japoneses. 
Y porqué es una terrible idea de negocio, ya de paso.

Roma contra Judea en Batman

Ni me gusta el cine ni los cómics para nerds. Sin embargo, todos conocemos al bueno de Batman, así que fui a echarle un vistazo a la novedad en cartelera. 

Esta película (The Batman, 2022) es deprimente. Es un reflejo perfecto de como un irreflexivo melancólico puede llegar a creerse sinónimo de la Justicia, imponiendo su visión de lo correcto allá donde pisa. Y no, no hablo de Enigma, hablo de nuestro amigo Bruce

Alto, guapo, inteligente, amado, admirado, ¿sigo? El valedor del Bien hasta que aquel que ha sido perjudicado por el Mal que combate arremete contra la sociedad que lo dañó. En la película, Enigma, el villano, personifica la Injusticia, pero no por malévolo: él personifica las injusticias, los pecados del mundo. 

[El gen egoísta] Capítulo 2: Los replicadores.

La teoría darwiniana de la evolución por selección natural es satisfactoria, ya que nos muestra como la simplicidad pudo volverse complejidad. 

Teoría sobre el origen de la vida.

Se explicará una gran teoría del origen desde antes de la evolución misma: 

La supervivencia de lo estable.  

La «supervivencia de lo más aptos» de Darwin es un caso especial de una ley más general relativa a la supervivencia de lo estable. El Universo está poblado por casos estables. 

  • Estable: colección de átomos bastante permanente (el Matterhorn) o común (gotas de lluvia) para merecer un nombre. 

En ocasiones, cuándo los átomos se encuentran, se unen en reacciones químicas para formar moléculas, más o menos estables. 

Antes de que se produjera la vida en la Tierra, pudo haber ocurrido alguna rudimentaria evolución de las moléculas mediante procesos usuales de física y química. No requiere de propósito: si un grupo de átomos en presencia de energía adquiere un patrón estable, tenderá a permanecer de esa forma. 

«La forma primaria de selección natural fue:
lo estable permanece, lo inestable no»

La defensa del asesino

Oh, perverso el asesino.

Perverso él que atenta contra nuestra integridad, subyugándonos a sus deseos sádicos e irracionales. Incontables sus víctimas, ¡inconmensurable su deuda! Aquella que jamás podrá pagar si no es con su eterno terror y arrepentimiento. Oh, ¡pero no lo puede resarcir de manera ninguna! ¡Ese hombre carece de corazón! 

El mundo lo ha hecho para esa grotesca tarea: ¡la de arrebatarnos de la faz a criaturas que ningún perjuicio acometieron contra la sociedad! ¿Qué? ¿Acaso insinúa que no eran todos inocentes? Entonces debemos concederle el beneficio de la duda a este diablo también, ¿no? Puesto que la misericordia no cree en el análisis. Oh, ¿ahora solicita usted un análisis, rufián? Me veo en la obligación de concedérselo para que comprenda la magnitud de su ofensa para con la noble comunidad que le oye.

Ética superior

A modo de disclaimer le recuerdo a la audiencia que aunque existe un funcionamiento objetivo de las cosas, una posición moral es relativa. Por lo tanto no hay una «verdad relativa», pero sí una observación moral relativa. 

Construir una ética con base en los conocimientos científicos y un sistema lógico coherente, crudo y frío ha sido una preocupación eminente en mi vida. Sin contradicciones, con los cabos bien atados, de manera que nadie pueda decirme al final del camino que fui un necio poco cimentado, un idealizador, un romántico; pero tampoco un conformista inconsciente. 

¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿Es lo que mantiene estable al mundo la más grave de las maldades? ¿Es simplemente algo que aceptar? Pero, ¿cuánto hemos de aceptar? ¿Cuánto debería soportar el alma? ¿Qué es la fortuna? ¿Cómo lograr justicia? ¿Es siquiera posible? Y, ¿por qué estamos aquí en primer lugar? 

Estas preguntas puede responderlas incluso un casi recién nacido. Bravos, podríamos decir que las respuestas se hallarían en el recién nacido o que el recién nacido es la respuesta... el resultado de la respuesta... ¡o todo a la vez! 

Cavilaremos a ese respecto de forma seria, satírica, jactanciosa, narrativa, poética... según al autor le apetezca. Espero que eso lo haga entretenido y claro.

La Ética Superior* es una perspectiva pesimista y basada en la compasión racional hacia el  individuo consciente debido a las características inherentes del entorno. 

Ética superior: gestación

A continuación mostraré fragmentos gestacionales de mi posición ética, la Ética Superior

Vestigios 2021. 

I. 

Somos un Sol perecedero en un sistema galáctico perecedero. En un sentido mayor, formamos parte de una larga cadena de información genética que usa nuestros cuerpos para sobrevivir y proliferar; y, en el mayor de los sentidos, aun formando parte de un planeta más, que desaparecerá tarde o temprano, conformamos la infinidad. 

¿Nosotros? Nada más que una parte efímera con ilusión de conciencia. Respetamos los designios de la naturaleza. Flexible pero jamás torcida. Amén.

II. 
III. 

(Lo que precede al fragmento del diálogo se ha perdido). 

— O podríamos desecharla y redimirnos. ¡Amistad con persones de impulsos! Habríamos de enjuiciarnos al respecto. Conozco el peso de mis palabras, pero más que feroces son veraces. Solo aquellos impulsivos serán incapaces de asimilarlo. ¡Esas personas tienen un hueco especial en el cielo, junto a su creador! 

— Yo pienso que llega un punto en el que no solo depende del azar.

— Claro, ahora salen los amantes del intelecto, de la paz, de los libros, de la naturaleza, de las casualidades, de las pequeñas cosas, de la energía (ilícitamente hablando) y las conexiones espirituales. Y en ellos recae mi hiel. 

— ¿Entonces qué quieres de la vida? ¿Qué te haría feliz?

— No quiero nada. Moralmente sería doloroso si fuese favorecida por el azar, ¡pero quedaría tan bien en mis argumentos! La dignidad por encima de la fortuna. A ti, que se te agrandan las pupilas, te digo: mírala como a un libro. Y a ese libro, frúncele en ceño por muy literariamente estético que sea. No vale la pena. Ni en sus momentos más bellos. Es todo un engaño. No le podemos negar al mundo su victoria. 

— ¿Vas a rechazarlo por no ser perfecto? 

— Yo no lo rechacé: yo no domino. El libro me rechazó a mí. 

— ¡Pero el libro no está vivo! ¿Cómo pudo hacerlo? 

— El rechazo es solo mi percepción por el desagrado que me produce. El libro me ha decepcionado, ¡me ha hecho decepcionado! Se ha vuelto más villano que cualquiera de sus personajes, por permitirlo.

[El gen egoísta] Capítulo 1: ¿por qué existe la gente?

Introducción. 

La teoría de la evolución ha sido completamente aceptada [esta obra fue publicada en 1976], pero sus implicaciones permanecen algo oscuras. Analizaremos la biología del egoísmo y el altruismo, puesto que durante largo tiempo se supuso erróneamente que el factor importante en la evolución es el bien de la especie (o grupo) en lugar del del individuo (o gen). 

El egoísmo como cualidad forzosa. 

Es posible conocer hasta cierto punto las características de un hombre en función de las condiciones donde ha sobrevivido y prosperado. Si nosotros somos máquinas creadas por nuestros genes y hemos sobrevivido en este mundo altamente competitivo, se puede inferir una severa cualidad egoísta

Los disfraces del egoísmo. 

Hay circunstancias donde este egoísmo queda intrincado, según el método que más convenga a los genes: una tapadera limitadamente altruista

Altruismo, egoísmo y bienestar.

Las definiciones que emplearemos son las siguientes: 

  • Altruismo: comportamiento que aumenta el bienestar de un ser semejante a expensas [o indiferencia] del propio bienestar.
  • Egoísmo: lo contrario (que perjudica al bienestar ajeno para aumentar el propio).
  • Bienestar: oportunidades de supervivencia (aún cuando esta variación parezca insignificante, eventualmente pueden tornarse en algo considerable. Teoría del caos...). 

[Resumen] El gen egoísta

Título: El gen egoísta, las bases biológicas de nuestra conducta. 
Autor: Richard Dawkins. 
ISBN: 978-84-345-0178-2.

«El amor universal y el bienestar de las especies consideradas en su conjunto son conceptos que, simplemente, carecen de sentido en cuanto a la evolución»

1. Objetivos de la obra: 

  • Mostrar una [entonces quizá] nueva perspectiva sobre la teoría darwinista y el neodarwinismo.
    • Discernir de dos aproximaciones a la evolución: el punto de vista del gen y el punto de vista del individuo (a raíz de la ortodoxa selección natural por individuo, defendiendo al gen como unidad fundamental de selección).
  • Incentivar reflexiones acerca de la educación (debate naturaleza vs. educación).
  • Contribuir a la intención de cooperación (¡anhelo privado mas expresado del autor!). 
  • Dar sentido a nuestras actitudes a partir de los avances en dichos campos. 

2. Resumen por capítulos:

  1. ¿Por qué existe la gente?
  2. Los replicadores.
  3. Las espirales inmortales.
  4. La máquina de genes.
  5. Agresión: la estabilidad y la máquina egoísta.
  6. Gen y parentesco.
  7. Planificación familiar.
  8. La batalla de las generaciones.
  9. La batalla de los sexos.
  10. Tú rascas mi espalda, yo rascaré la tuya.
  11. Memes: los nuevos replicadores.
  12. Los buenos chicos acaban primero.
  13. El largo brazo del gen.

3. Colección de frases destacadas:

  • «La naturaleza es roja en uñas y dientes» de Tennyson. 
  • «No importa cuánto deploremos algo, no por ello deja de ser verdad»
  • «Se puede deducir que cualquier ser que haya evolucionado por selección natural será egoísta»
  • «Es difícil desterrar los hábitos subjetivos de pensamiento cuando nos estamos refiriendo a nuestra propia especie»